Las fuerzas ucranianas dicen que los necesita para ganar la guerra. El gobierno de Berlín cree que si envía ese armamento decisivo le daría argumentos a Rusia para que también lo ataque
Por Gustavo Sierra
Pasaron 107 años desde que se vio el primer tanque de guerra en acción y todavía seguimos discutiendo sobre su utilidad y efectividad para determinar el curso de un conflicto bélico. Fue el 15 de septiembre de 1916, mientras los británicos intentaban romper las líneas alemanas durante la infame batalla del Somme, la más larga y sangrienta de la Primera Guerra Mundial y la peor en la historia de Gran Bretaña, que apareció el Mark1, el primer tanque de la Historia. Desde entonces, siguen siendo las estrellas de los campos de batalla a pesar de haber sido superados ampliamente por los misiles de alta precisión, los drones kamikazes o las baterías de lanzamiento simultáneo. Y este fin de semana fueron el centro del debate entre los ministros de los países de la OTAN reunidos en la base Ramstein, en Alemania.
Ucrania pide desesperada tanques más poderosos para tratar de expulsar a los invasores rusos hacia el Mar Negro antes de que se reagrupen cuando comience la primavera, en marzo. Alemania los tiene, pero su gobierno teme que si los entrega, podría provocar un escalamiento en la guerra. Dice que sólo lo hará si Estados Unidos entrega sus poderosos M1 Abrams, algo que por ahora no tiene previsto el gobierno de Joe Biden a pesar de que su ayuda militar a Ucrania ya supera los 20.000 millones de dólares.
El comandante militar de mayor rango de Ucrania, el general Valery Zaluzhny, dijo que sus fuerzas necesitan unos 300 tanques occidentales para marcar la diferencia en las batallas que se están desarrollando en este momento por el control de ciudades y pueblos en el este del país. Los analistas militares dicen que con 100 ya podrían hacer una gran diferencia. Hasta ahora, los aliados occidentales de la OTAN enviaron a Ucrania tanques y carros de combate antiguos, incluso muchos de la era soviética. El suministro de tanques y carros de combate de última generación fue considerado hasta ahora como una línea roja para evitar que Rusia pudiera tomar represalias directas contra ellos. Esto cambió en las últimas semanas cuando Estados Unidos, Francia e, incluso, Alemania, anunciaron diferentes paquetes de ayuda que incluyen modernos vehículos blindados de combate. El primer ministro británico Rishi Sunak fue más allá y después de su visita a Kiev dijo que enviaría un pelotón de carros de combate Challenger 2, algunos de los cuales llegarían en cuestión de semanas.
Pero la urgencia de situación hizo que todas las miradas se posen sobre los Leopard 2 alemanes, de los que hay unas 2.000 unidades repartidas en varios países europeos que podrían enviarlos a los campos de batalla en apenas días. Entró en servicio por primera vez en 1979. Tiene una autonomía de unos 500 km y alcanza una velocidad máxima de 68 km/h. Está equipado con un cañón de 120 mm como armamento principal, también tiene dos ametralladoras ligeras coaxiales. Los Leopard fueron desplegados en Kosovo, Bosnia, Afganistán y Siria (por Turquía). Tienen varias ventajas, están adaptados y probados en los campos de hielo europeos, son sumamente efectivos, podrían hacer una real diferencia ante la artillería rusa. Los tanquistas ucranianos podrían ser entrenados en días y a unas pocas horas de sus cuarteles. Incluso, Alemania no tendría que enviar sus propios tanques, sería suficiente con autorizar su re-exportación a los otros países del Este europeo que ya los tienen. Polonia dice que lo hará de cualquier modo, pero habrá que ver qué hacen los demás.
El canciller alemán, Olaf Scholz, repite que “no actuará solo” en lo que respecta al envío de armas a Ucrania, y que sólo actuará de común acuerdo con sus aliados. Está hablando de Washington. Quiere que Biden entregue primero sus M1 Abrams para no ser señalado como el que supuestamente provocó las iras de Putin. Tampoco está claro si Scholz autorizará la exportación de Polonia y Finlandia, los dos países que ya dijeron estar dispuestos a entregar sus tanques alemanes a los ucranianos. Lo que Scholz pide es que haya una muestra muy precisa de unidad de toda la coalición occidental. Pero Johann Wadephul, vicepresidente de los cristianodemócratas, el mayor partido de la oposición alemana, dijo que la resistencia de Scholz a enviar los tanques socavaba su argumento de buscar la solidaridad. “La negativa del canciller, y el hecho de que Alemania no envíe Leopard, son de hecho ‘ir por la libre’, `cortarse solo´, eso no tienen nada que ver con la solidaridad”, dijo el jueves en el Parlamento.
En Washington exponen trabas técnicas para no entregar los Abrams. Esta semana se anunció que enviarán a Ucrania unos 100 vehículos de combate adicionales del tipo Strykers y Bradleys. Hace 15 días ya habían partido otros 50 de estos carros de combate. Los militares estadounidenses argumentan que los tanques M1 Abrams no son adecuados para combatir en el este de Ucrania. Requieren un combustible específico, man
tenimiento frecuente, piezas de repuesto, transporte y entrenamiento, donde las líneas de suministro podrían cortarse fácilmente. Sabrina Singh, portavoz del Pentágono, explicó que “simplemente no tiene sentido” proporcionar a Ucrania tanques Abrams “en este momento” porque utilizan combustible de aviación y son difíciles de mantener.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, participó en la cumbre alemana con un mensaje por Zoom desde Kiev. Les pidió a los ministros aliados “no regatear sobre diferentes números de tanques, sino abrir ese suministro principal que detendrá el mal”. Y les lanzó una de esas frases directas y más o menos ingeniosas a los que nos tiene acostumbrados: “Conviertan la reunión en un `Ramstein de tanques´.”
Pero no logró mover las posiciones en forma sustancial. Al finalizar la cumbre, el ministro de Defensa alemán Boris Pistorius anunció que seguían las discusiones. “Todavía no podemos decir cuándo se tomará una decisión, y cuál será la decisión, en lo que respecta al carro de combate Leopard”, dijo. “Hay buenas razones a favor de las entregas, y hay buenas razones en contra, y a la vista de toda la situación de una guerra que dura ya casi un año, hay que sopesar muy cuidadosamente todos los pros y los contras”, dijo, sin detallar las razones.
Ucrania tendrá que seguir esperando el momento decisivo como cuando el tanque M4 entró en combate en el norte de África con el ejército británico en la Segunda Batalla de El Alamein a finales de 1942. Allí se probó la ventaja de los blindados aliados sobre los del Eje y demostró ser superior a los diseños de tanques alemanes e italianos, más ligeros. Fue cuando el ejército estadounidense entendió que el M4 sería determinante para ganar la guerra y comenzó a fabricarlo y exportarlo en tiempo récord.