Quizás el nombre de Lou Ottens no te suene mucho, pero sí su principal creación: el casete de cintas. Las generaciones actuales no vivieron con él, pero era la forma de escuchar música sobre todo para los aparatos de mano, como el Walkman.
Ottens, nacido en los Países Bajos en 1926, falleció a los 94 años en la ciudad de Duizel. Su deceso ocurrió el pasado sábado.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el adolescente Ottens construyó su propia radio para que tanto él como sus padres pudieran escuchar Radio Oranje, con las noticias aliadas. El aparato tenía una antena anticuada, que él denominó “Germanenfilter”, porque evitaba los ruidos desplegados por los nazis.
Tras la liberación de los Países Bajos obtuvo su título de ingeniero, comenzando a trabajar con Philips en 1952. Para los años 60 llegaría su momento de gloria.
¿Qué es un casete y cómo funciona?
Un casete es una pequeña caja de plástico que contiene una cinta magnética. Gracias a esa cinta, se puede registrar y reproducir el sonido. Su nombre en francés (Cassette) quiere decir Cajita.
También existió una versión más grande para el registro y reproducción de documentos audiovisuales.
Lou Ottens dirigió el proyecto del casete en la subsidiaria de Philips, Hasselt. Específicamente, la cajita de plástico tenía dos carretes que sujetaban la cinta magnetofónica, permitiendo un movimiento para la reproducción del contenido. Al terminar el paso de un carrete, la cajita se ponía del lado contrario: eran los llamados lados A y B de los casetes.
En la multinacional holandesa Philips, creada en 1891 por Anton y Gerard Philips en Eindhoven, el proyecto Cassette resultó trascendental.
“La cinta de casete fue inventada por molestias con la grabadora existente, es tan simple como eso”, dijo Ottens, citado por el portal NRC. “Tenía un bloque de madera que debía entrar en el bolsillo interior de la chaqueta: así de pequeño debía ser el casete de música”.
“¡Era más pequeño que un paquete de cigarrillos!”, afirmó.
Para agosto de 1963, la compañía introdujo un prototipo en Europa en el Berlín Radio Show. Dos años más tarde, y basado en una patente de compatibilidad, se hizo disponible para todos los fabricantes en el mundo.
Al mercado de Estados Unidos comenzó a llegar en 1964, conociéndose como Compact Cassette. La popularidad se extendió como el fuego con pólvora, perdurando hasta finales de los años 90, cuando el CD asumió la posta.
Lou Ottens también ayudó al nacimiento del CD
El mismo Ottens trabajó con Philips para la invención del Compact Disk, a mediados de los 80. Tras algunos experimentos con discos análogos, el equipo de desarrollo de Philips optó por el almacenamiento de audio digital con un decodificador.
Philips colaboró con Sony y en 1980 nació el CD Philips-Sony.
En la historia se vendieron más de 100 mil millones de casetes, además de 200 mil millones de CDs. “No me siento orgulloso en lo individual, porque esto se creó gracias a un equipo”, decía constantemente Ottens.
El casete ha sido resucitado por los nostálgicos, y artistas como Lady Gaga han lanzado producciones de esta forma. “Nada puede coincidir con el sonido del CD”, señaló Ottens al respecto. “Definitivamente, no tiene ruido ni estruendo. Eso nunca pasó con las cintas”.
Su mayor pesar como inventor fue que Philips no creara el dispositivo individual para casetes, el Walkman. Le correspondió a Sony el honor.