Reynaldo Peguero
Después que el ministro de turismo de República Dominicana, David Collado firmó el pasado 5 de diciembre 2022, un convenio de gestión con las fuerza vivas de Santiago, han pasado seis meses.
Territorios como el Cibao y Santiago, acumulan suficiente capital social y especialización técnica para darle seguimiento a los pactos. El turismo cultural, ecológico y de salud, entre otros, son ejercicios que ocupan decenas de entidades para generar más empleos decentes y riquezas distribuibles.
De ahí la capacidad efectiva que tienen diversos funcionarios en cumplir los acuerdos firmados por el presidente Luis Abinader y Compromiso Santiago en el contexto del Plan Estratégico 2030. Obras que se despliegan, tanto en la modernización de la movilidad (Monorriel, Teleférico y Corredores Viales), en revalorar el centro histórico, intervenir el río Gurabo y mejorar las aguas residuales y potables.
Los cuatro nuevos hoteles que se construyen en Santiago, evidencian una demanda no satisfecha de alojamiento que el sector privado valora como oportunidad. El éxito contra la pandemia y la estabilidad, elevaron los viajes a Santiago de la diáspora en el exterior de 500 mil a 700 mil viajeros anuales.
Puede indicarse que la Feria de la Asociación Colombiana de Agencias de Viajes y Turismo (ANATO) de febrero 2023, presentó inicialmente a Santiago como destino turístico. Este fue un logro limitado dado que faltó correspondencia entre el convenio de Santiago y Ministerio de Turismo, para crear la Marca Ciudad.
Este acuerdo además aporta gestiones con el Clúster Destino Turístico (CSDT), Consejo Desarrollo Estratégico (CDES), Centro León y Asociación de Hoteles.
Está firmado que este ministerio asume una inversión en el desarrollo del turismo para transformar Santiago en “Alma, Corazón y Alegría de la Isla”. Para promover una participación enfocada en fortalecimiento institucional, animación sociocultural y gestión turística.
Acordamos agregar valor y reconquistar equipamientos culturales y espacios públicos con la rehabilitación, remozamiento y empoderamiento ciudadano en edificaciones culturales y organizaciones. Para tales fines el ministerio aportaría unos 250 millones desembolsables en 12 meses. En este orden, debía ser erogada una primera partida por el orden del 20% de la inversión total, para asegurar el inicio eficiente de las operaciones, gestiones y obras.
Dado las obras que impulsa el gobierno en Santiago, habíamos acordado que en turismo debíamos iniciar por la creación de la Marca Ciudad Santiago en coherencia con la Marca País. También fortalecer el Carnaval como industria cultural. Apoyar la estructuración de la Agenda Destino Cultural, robustecer el Clúster Turístico y reparar integralmente la Plaza y el Monumento a los Héroes de la Restauración de la Independencia. En eso, debemos estar.