El mindful eating o alimentación consciente es una tendencia que trata de conciliar las emociones con el momento de la comida. No se trata de una dieta para adelgazar, sino de una actitud que, entre otros objetivos, persigue disfrutar detalle por detalle de la comida.
Cada vez prestamos más atención a las emociones, a las que tratamos de conferirles un papel cada vez mayor en cada uno de los ámbitos de nuestra vida, incluso en el de la alimentación. En este sentido, se está extendiendo una tendencia en la que el protagonismo recae sobre el binomio comer-sensaciones. Hablamos del mindful eating.
Como ya hace prever su nombre, tiene su origen en el mindfulness o conciencia plena, una técnica de meditación que consiste en observar la realidad del momento presente, sin intención de juzgar y con plena apertura y aceptación. “Es muy utilizada para disminuir el estrés y la ansiedad”, afirma Ruth García, responsable de Proyectos del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) y dietista-nutricionista. La especialista detalla que “el mindful eating pretende trasladar esa conciencia en el momento presente durante las ingestas. De esta forma, atendemos a nuestras sensaciones fisiológicas y emocionales, aprendiendo así a detectar nuestra percepción de hambre/saciedad”.
Así, la clave está en la atención plena. María Pilar Sanabdón, miembro del Grupo de Especialización en Trastornos de la Conducta Alimentaria de la Academia Española de Nutrición y Dietética, aclara que se debe tener una actitud de curiosidad (y no de juicio) a los pensamientos, sensaciones físicas y emociones “que nos surgen durante la experiencia de comer y que pueden estar influyendo en nuestras decisiones sobre qué, cuánto, cómo y por qué comemos. La experta añade que, en realidad, esta es una habilidad con la que nacemos, pero que olvidamos con las experiencias y el devenir de la vida.
¿Se trata de una dieta para adelgazar?
El principal objetivo del mindful eating está lejos de ser el de adelgazar, como mucha gente puede pensar. Por el contrario, se trata de fomentar la escucha de las propias necesidades fisiológicas y hedónicas alrededor de la comida, para, así comer con satisfacción.
Eso sí, Sanabdón aclara que esta tendencia de alimentación “nos ayuda a tomar consciencia de viejos patrones alimentarios que quizás no favorecen nuestra relación con la comida o con nuestra salud, permitiéndonos así incorporar hábitos más positivos”. De este modo, aunque la práctica del mindful eating no persigue la modificación de la forma o del peso corporal, sí pueden darse cambios en este sentido como consecuencia de nuevas prácticas.
García también hace referencia a que se puede producir una pérdida de peso asociada a una mejor ingesta. “Esto se debe en la mayoría de los casos a que al masticar bien cada bocado y al comer más despacio, nuestro cuerpo es más consciente de nuestras sensaciones de saciedad y comemos menos cantidad”, expone, aunque aclara que esta técnica no se recomienda sin el seguimiento de un dietista-nutricionista.
¿Qué beneficios aporta el mindful eating?
Las dietistas consultadas por CuídatePlus señalan que, entre los beneficios y hábitos saludables que incorpora el mindful eating, destacan:
Comer sentado, relajado y en un lugar tranquilo.
Evitar distracciones como la televisión o el móvil.
Comer en función de nuestras sensaciones de hambre o saciedad.
Elegir alimentos saludables y nutritivos, utilizando todos los sentidos para explorar, degustar y saborear. En concreto, escoger una dieta rica en vegetales, frutas, legumbres y frutos secos va a ser fundamental para conseguir ese equilibrio entre alimentación saludable y consciente.
Comer hasta saciarse, sin llegar a llenarse o sentirse hinchado. Como el ritmo de las comidas se ralentiza, nuestro cerebro tiene tiempo para recibir las señales de plenitud y saciedad del estómago, algo que influye en la decisión de parar de comer cuando es el momento. Además, se optimiza la digestión.
Disfrutar del placer de comer en el concepto más amplio.
Aumentar el conocimiento sobre las características y las propiedades de los alimentos.
Cómo se realiza el mindful eating
Para llevar a cabo esta actitud frente a la comida, hay que seguir una serie de consejos, que Sanabdón enumera:
Reservar suficiente tiempo para comer, siempre que sea posible.
Procurarse, si se puede, un lugar tranquilo y sin distracciones, sentándose en una mesa para comer con platos y cubiertos.
Relajarse antes de empezar a comer, haciendo 2-3 respiraciones profundas y atendiendo al vaivén que provoca la respiración en el cuerpo.
Prestar atención al aspecto y al olor de lo que hemos decidido comer, así como pensar en el proceso que ha llevado hasta llegar a nuestro plato (desde la lluvia o el sol sobre el cultivo, hasta quienes distribuyen el alimento, lo venden y, finalmente, quien lo cocina).
Llevar a la boca un bocado, dejando el resto y los cubiertos sobre la mesa para experimentar detenidamente su sabor, temperatura y textura.
Masticar despacio y disfrutar de cada bocado.
Experimentar las sensaciones en la boca, el paladar y la garganta conforme se mastica y traga, fijándonos en los movimientos que hace la lengua.
Observar cómo aparecen pensamientos que distraen y, al darnos cuenta, redirigir la atención de nuevo a lo que ocurre en la boca.
Cuidateplus.marca.com