Mitos y creencias sobre la menstruación: un obstáculo cultural que persiste
En muchas comunidades, la menstruación sigue siendo un tema rodeado de supersticiones y desinformación. Creencias como “no puedes lavarte el cabello durante el periodo”, “cargar bebés enferma a los niños” o que agarrar un limón seca las plantas durante la menstruación, son ejemplos claros de cómo la ignorancia ha impuesto tabúes sin fundamento científico.
En países con fuertes raíces tradicionales, estas ideas influyen en la vida cotidiana, especialmente en zonas rurales, donde la ciencia aún lucha contra la cultura popular.
Testimonio real: la adolescencia limitada por mitos menstruales
Margarita Cabrera, una joven de una zona rural, comparte su experiencia: “Viví toda mi adolescencia limitada, porque no podía hacer casi nada. Cuando el río estaba turbio, mi madre me prohibía bañarme, aunque yo moría por hacerlo; tampoco podía acalorarme porque decían que ‘me aguaba la sangre’. No fue nada cómodo”.
Este testimonio refleja cómo la falta de información precisa afecta la calidad de vida de muchas mujeres, quienes crecen bajo restricciones sin sentido.
El papel de la cultura y la falta de educación en la perpetuación de los mitos
El ginecoobstetra Francisco Espino explica que estas creencias tienen raíces culturales, religiosas y sociales. “Es un asunto de costumbre y tradición”, afirma. Además, señala que la orientación sobre el ciclo menstrual suele ser un tema tabú, transmitido de padres a hijos sin un respaldo científico.
Por ello, la ausencia de educación adecuada genera limitaciones injustificadas para las mujeres en etapas importantes de su vida.
Desmontando mitos: la realidad científica sobre la menstruación
El especialista enfatiza que tener el período no limita ninguna actividad física ni social. Incluso, desmiente el mito de que las mujeres no pueden tener relaciones sexuales durante la menstruación, una creencia que poco a poco se está superando.
Los mitos más comunes sobre la menstruación
- La sangre menstrual atrae a los tiburones, por lo que no se puede nadar en la playa.
- Las mujeres no pueden andar descalzas porque corren riesgo de morir.
- Exprimir limones o naranjas corta el flujo menstrual.
- Si se siembran plantas durante el periodo, estas no crecerán ni florecerán.
- Correr puede causar desangramiento.
- Hacer aeróbicos, saltar o bailar daña el útero.
- Cortar el cabello a otra mujer durante su ciclo impide que le vuelva a crecer.
Todas estas restricciones carecen de evidencia científica. Muchas mujeres que rompieron con estas normas en su adultez reconocen cuánto se perdieron por seguirlas.
La educación como clave para erradicar los mitos menstruales
Francisco Espino sostiene que la única vía para eliminar estas falsas creencias es educar a hombres y mujeres sobre la menstruación. “Debemos descartar tabúes e ilustrar a la población con datos científicos y comprobables”, insta el especialista.
Aunque los mitos son difíciles de erradicar, la educación familiar y el acceso a información confiable pueden lograr un cambio paulatino en las próximas generaciones.
Historias de vida: el legado de las creencias menstruales
Isabel Pérez, de 71 años y oriunda de Altamira, Puerto Plata, recuerda con pesar las “tonterías” que aprendió y que luego transmitió a sus hijas. Este ciclo generacional refleja cómo la desinformación se perpetúa en la sociedad.
Confusión y desafíos en la familia
Por su parte, Alberto Montesino, padre de dos hijas, admite que desconocía las restricciones correctas durante el ciclo menstrual de sus hijas. “Eran tantas las prohibiciones que ni las entendía ni las asimilaba”, confiesa, evidenciando la necesidad urgente de una educación clara y accesible.
En definitiva, derribar los mitos sobre la menstruación es vital para garantizar derechos, bienestar y una mejor calidad de vida a las mujeres en todas las regiones.