La odisea de un viaje de negocios en Brasil: Lecciones de resiliencia y liderazgo
Marvio Portela, Vicepresidente y Gerente General para América Latina y el Caribe en SAS, comparte una experiencia real que refleja los desafíos inesperados que enfrentan los viajeros de negocios y cómo la actitud frente a la adversidad puede marcar la diferencia.
Desafíos en la industria hotelera para viajeros de negocios
En medio de la prisa entre aeropuertos y reuniones con clientes, mis colegas estadounidenses y yo llegamos a Brasil con muy poco tiempo para prepararnos. Aunque la industria hotelera ha evolucionado para atender las necesidades de los viajeros corporativos, aún persisten dificultades para encontrar espacios adecuados donde refrescarse antes de una reunión importante.
La prioridad era clara: llegar rápido a un hotel para asearnos. Sin embargo, el proceso de reserva se complicó cuando el empleado del hotel demoró excesivamente en definir el método de pago. A pesar de nuestra urgencia y necesidad evidente, la espera se prolongó y la disponibilidad de habitaciones fue insuficiente.
Una solución improvisada en el gimnasio del hotel
Ante la falta de habitaciones, decidí cederlas a mis colegas y buscar alternativas para ducharme. La opción más viable fue usar el baño del gimnasio, donde abrí las cinco duchas con agua caliente mientras corría a comprar unos ganchos para colgar mi ropa.
Con ingenio, convertí la pequeña sala de vapor en un vestuario improvisado y me aseé utilizando jabón de manos. Justo cuando terminaba de secarme con toallas de papel, el gerente del hotel apareció con una llave y una cesta de frutas como disculpa por la confusión.
Fue un momento de tensión que logré controlar, rechazando amablemente la oferta y preparándome para enfrentar la reunión con la ropa de viaje, consciente de que esta experiencia podría haber arruinado todo el día.
Reflexiones sobre la paciencia y el liderazgo
Esta historia no solo es un relato de contratiempos en viajes de negocios, sino también una reflexión sobre el crecimiento personal y profesional. Al inicio de mi carrera, mi impaciencia me llevaba a reaccionar impulsivamente, lo que luego me generaba malestar.
Con el tiempo, aprendí a ver las deficiencias ajenas con mayor comprensión y, sobre todo, a ser honesto sobre mis propias vulnerabilidades. Esta transformación fue clave para mejorar mi desempeño en roles de liderazgo, donde la negociación, el compromiso y el trabajo en equipo son esenciales.
Controlar las emociones para liderar con eficacia
Gestionar las emociones cuando las cosas no salen según lo planeado es un reto constante. Mirar de frente los momentos difíciles y mantener la calma permite ahorrar energía valiosa y ofrecer respuestas más estratégicas.
Aunque pueda resultar incómodo, esta actitud fortalece la capacidad de contribuir con soluciones efectivas y mantener el rumbo de una organización en tiempos complejos.
La importancia de una actitud positiva en los negocios
Siempre enfatizo que una actitud positiva marca la diferencia, aunque nadie se levanta todos los días viendo solo el lado bueno de la vida. La clave está en trabajar con los recursos disponibles y mantener la claridad mental para tomar decisiones cruciales.
Incluso si eso implica bañarse con jabón de manos en un baño improvisado, la práctica y la resiliencia hacen que los pequeños contratiempos pasen desapercibidos y no afecten el desempeño profesional.
Concéntrate en lo mejor que tienes hoy y transforma los obstáculos en oportunidades para crecer y liderar con éxito.

