Lula da Silva rechaza libertad condicional y exige que la Corte Suprema revise su caso
Río de Janeiro, 30 sep (EFE).- El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril de 2018 por una condena por corrupción, rechazó este lunes la oferta de la Fiscalía para salir de prisión bajo condiciones.
“No cambio mi dignidad por mi libertad”: la postura firme de Lula
En una carta manuscrita divulgada por sus abogados, Lula aseguró que no aceptará salir de la cárcel para trabajar bajo un régimen semiabierto. La propuesta, presentada la semana pasada por los fiscales de la operación Lava Jato, fue desestimada por el líder político, quien considera que tanto su proceso como su condena carecen de legitimidad.
Los fiscales de la mayor investigación anticorrupción en Brasil solicitaron el viernes que Lula cumpla el resto de su condena en un régimen que le permitiría trabajar fuera de prisión, basado en su buen comportamiento y en haber cumplido más de una sexta parte de la pena.
Críticas a la Fiscalía y llamado a la justicia independiente
Desde su celda en Curitiba, en el sur del país, el expresidente (2003-2010) declaró:
“No acepto cambalaches con mis derechos y mi libertad. Ya demostré que son falsas las acusaciones que me hicieron. Son ellos, los fiscales, los que están presos en las mentiras que le contaron a Brasil y al mundo”.
Además, exigió que los fiscales y el exjuez Sergio Moro, actual ministro de Justicia y responsable de su condena, pidan disculpas al pueblo brasileño, a los millones de desempleados y a su familia por el daño causado a la democracia y a la justicia.
Lula subrayó que ahora corresponde a la Corte Suprema de Brasil corregir estas arbitrariedades para garantizar una justicia independiente e imparcial, como debe ser para todo ciudadano.
Abogado de Lula: “Sólo aceptamos que la Corte Suprema analice los recursos”
El abogado del expresidente, Cristiano Zanin, leyó la carta en una rueda de prensa tras reunirse con Lula. Aclaró que hasta el momento no han recibido notificación oficial sobre la libertad condicional, pero que, cuando ocurra, seguirán las instrucciones del líder político.
“Él no acepta ninguna condición impuesta por el Estado para su liberación, porque no reconoce ni la legitimidad del proceso ni de la condena”, afirmó Zanin.
El letrado explicó que Lula sólo acepta que la Corte Suprema evalúe los recursos presentados desde 2019, en los que solicita la anulación total del proceso, alegando la parcialidad de fiscales y del juez que lo condenó.
“Lula quiere que la Corte Suprema se pronuncie y, de ser procedente, anule todo el proceso para que se le otorgue la libertad plena sin condiciones”, insistió el abogado.
Contexto de la condena y otros procesos judiciales
Actualmente, Lula cumple una condena de ocho años y diez meses por corrupción pasiva y lavado de dinero, tras ser hallado culpable de recibir un apartamento en la playa a cambio de favores políticos a la constructora OAS, beneficiaria de contratos con la petrolera estatal Petrobras.
Además, enfrenta otra condena de doce años y once meses por obras millonarias en una casa de campo en Atibaia (estado de São Paulo). Esta sentencia fue dictada en primera instancia y aún no fue revisada por tribunales superiores, por lo que podría defenderse en libertad en este caso.
El expresidente tiene otros procesos abiertos relacionados con corrupción, pero siempre se ha declarado inocente y víctima de una “persecución judicial” dirigida a impedir su regreso al poder.
Conclusión
La negativa de Lula a aceptar la libertad condicional con condiciones refuerza su estrategia de cuestionar la legitimidad del proceso judicial y de buscar un pronunciamiento definitivo de la Corte Suprema. Su caso sigue siendo un foco de atención nacional e internacional en el debate sobre la justicia y la política en Brasil.
La expectativa ahora está puesta en la decisión que tome la máxima instancia judicial sobre los recursos presentados por el expresidente, que podrían cambiar el curso del proceso y su futuro inmediato.

