En el Gran Premio de Italia pasó de todo. No ganaron el inglés Lewis Hamilton ni Mercedes, la Fórmula 1 tuvo un nuevo ganador, y un francés volvió a vencer después de 24 años (el último fue Olivier Panis en Mónaco 1996). Pero hay algo que no cambia: la crisis de Ferrari. Pierre Gasly vivió el éxtasis al conseguir su primera victoria. Fue el segundo éxito de su equipo, Alpha Tauri, cuando en 2008, con el nombre de Toro Rosso, un pibe de 21 años llamado Sebastian Vettel les dio su debut triunfal, en el mismo Autódromo de Monza. Aquél chico alemán hoy es uno de los pilotos más experimentados y junto con su compañero de equipo, Charles Leclerc, viven una pesadilla en la Scuderia. Ambos abandonaron en el circuito italiano que es la catedral del automovilismo para los tifosis, donde su ausencia obligada por razones sanitarias por la pandemia de COVID-19, resultó un alivio para la escuadra de Maranello.
Cada minuto que pasa, cada evento que se cumple, es la continuidad de la agonía para La Rossa. Una pesada cruz. Nada les sale bien. Los cambios internos de los responsables técnicos de momento trajeron buenos resultados. La SF 1000, el modelo de 2020, es un drama. Una paradoja en la temporada donde el equipo de Maranello cumplirá 1.000 carreras y será otra vez de local, el venidero domingo en Mugello donde unos 2.800 espectadores (por día) podrán asistir.
En este panorama de crisis vale aclarar que los pilotos no son los responsables. Lo único que se les puede achacar es el toque que tuvieron en la segunda fecha corrida en Austria donde ambos quedaron afuera y el roce en la última carrera en Bélgica. Excluidos esos incidentes, Vettel y Leclerc hacen lo que pueden.
Con un mal monoposto y errores de estrategia, como la del sábado donde Vettel demoró en salir en el primer corte clasificatorio para buscar su tiempo, con mucho tráfico en la pista no pudo redondear un buen registro y no pasó a la siguiente instancia. Aunque ahí habría terminado el alemán y donde quedó el monegasco. Llegar a la última parte de la clasificación parece una quimera para ellos.
En Monza, que es el escenario más veloz de la temporada, para intentar que el resto se le acerque a Mercedes, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) decidió que en la clasificación se no se use el “modo fiesta” en los motores ¿qué esto? Un ajuste electrónico que especifica el propulsor para las necesidades del piloto. Es un mapeo en los impulsores que lleva a exprimirlos al máximo, les da más potencia, pero también les quita vida útil. Sin embargo, nadie se le acercó a las Flechas Negras e incluso a algunos los perjudicó como a Ferrari.
En 70 años de la F-1, el 13º lugar de Leclerc fue la peor clasificación de un corredor de Ferrari en Monza, su casa. En 1969 el mexicano Pedro Rodríguez fue 12º y en 1984 el italiano Michele Alboreto obtuvo el 11º mejor crono. En tanto que Vettel se ubicó 17º… En carrera los hombres de rojo quedaron afuera: Vettel desertó por fallas en los frenos en el octavo giro y Leclerc terminó chocando a la salida de la curva Parabólica en la ronda 24ª, sin consecuencias para el piloto, pero que obligó a detener la carrera con bandera roja para reacomodar las defensas en ese sector.
Correr ante los tifosis con este duro presente hubiese sido un calvario. Para entender el por qué de esta situación, Mattia Binotto, jefe del equipo, explicó las razones del delicado momento. Reconoció que el cambio obligado en algunos elementos de sus motores les afectó en el chasis de la SF 1000. “Este auto nació para usar más carga aerodinámica porque teníamos un motor superior. Luego llegaron las directivas técnicas y quedamos con un auto con alta resistencia al avance y pocos HP (caballos de fuerza). El problema fue la suma de ambas cosas”, dijo en una entrevista con el Corriere Della Sera.
Cabe recordar que en 2019, Red Bull hizo una denuncia a la FIA por supuestas irregularidades en el flujo de combustibles en los motores de Ferrari de 2019. Esto derivó en una exhaustiva investigación que quedó en un acuerdo secreto entre la Scuderia y la FIA…
Por ello la escuadra de Maranello tuvo que trabajar para cambiar la concepción del coche para este año, aunque luego la pandemia por COVID-19 los afectó y ahí comenzaron sus problemas. “Supimos entre finales de 2019 y principios de 2020, y cuando podíamos haber empezado a corregir, llegó el COVID-19 y el congelamiento de las reglas, y nos encontramos en esta situación”, agregó.
“No es un castigo porque no solo nos golpeó a nosotros. Todos los motoristas perdieron rendimiento, algunos más y otros menos. En 2019 cubríamos las limitaciones del coche con el motor”, aclaró. “En estos días, FIA está votando un importante cambio aerodinámico. Es una posibilidad a explotar”, anticipó.
“Confío en mi equipo, pero en la F-1 nunca estás satisfecho. Siempre hay ganas de sumar nuevos elementos. Los mismos técnicos que construyeron los autos de los últimos años están construyendo el de 2021 porque son ellos los que en los últimos cinco años se han acercado más a Mercedes, llegando a luchar por el Mundial”, destacó.
Binotto aclaró que “no estoy solo” y también reveló que “con Louis Camilleri (director general) hablo varias veces al día, y con el presidente John Elkann de forma regular”.
Hay autocrítica y asumió que “se podría haberlo hecho mejor en algunas áreas, por ejemplo, la reorganización técnica podría haberse hecho antes. Esta reorganización no será la última”. Y sobre su peor error como director de equipo, admitió que “el mal diseño de este auto…”
Binotto dio en la tecla con el tema de los cambios internos que debieron hacerse antes. Llamativo para un equipo que cuenta con uno de los dos mejores presupuestos de la categoría junto a Mercedes, con una suma anual estimada en 450.000.000 de dólares.
Por último, al ser consultado sobre su mejor recuerdo en Ferrari, respondió que la “victoria de Charles (Leclerc) en Monza (2019). Suelo hablarle de Schumacher (Michael), que llegó en 1996 y fue campeón en 2000. Puede repetir ese camino”.
Este presente no está a la altura de su historia. Ferrari es el único equipo que estuvo en los 70 años de la F-1. Suma 999 carreras, 239 victorias, 221 poles positions, 253 récords de vueltas, 16 Campeonatos de Constructores y 15 de Pilotos. Tiene millones de hinchas en todo el planeta. Por estas razones en Maranello tienen el deber histórico de revertir el panorama y no es la primera vez que tocan fondo.
Hubo tiempos peores
Sin embargo por ahora esta no es la peor temporada de Ferrari en la Máxima. Ese antecedente lo tiene la de 1973 cuando su auto, la 312 B2 y B3, tuvo tan mal rendimiento que Enzo Ferrari decidió que sus autos no corran en Holanda y Alemania. La Scuderia terminó sexta entre 12 escuadras. Pero, ese año el Commendatore incorporó a un hombre clave en la historia de La Rossa: Luca Cordero di Montezemolo. A partir de 1975 éste quedó a cargo del equipo y en esa temporada fueron campeones con Niki Lauda. Hoy Ferrari también se ubica sexta en el Campeonato de Constructores.
En 1980 fue otro caso paradigmático: su coche, la 312 T5, fue concebida en base a la T4 campeona en 1979. Pero no resultó y con solo ocho puntos en toda la temporada el equipo terminó décimo en el certamen de constructores. El mejor resultado parcial fue el quinto puesto de Gilles Villeneuve en Mónaco. Cabe recordar que esa temporada Ferrari hizo poco desarrollo sobre ese auto y basó sus trabajos en la nueva 126 con el motor turbo, que puso en pista de forma oficial en los ensayos de Imola, sede del Gran Premio de Italia, y que corrió a partir de 1981.
Lo que dejó Monza
Lo mejor. Las variantes que tuvo la carrera tras el reinicio por el accidente de Charles Leclec y la sanción a Lewis Hamilton. El inglés hizo su detención con los boxes cerrados porque en el ingreso se quedó el Haas del danés Kevin Magnussen. Hamilton sufrió una penalización de un stop and go con 10 segundos. El seis veces campeón mundial cumplió con la sanción y volvió último a la pista. Terminó séptimo. La punta la heredó Pierre Gasly quien ganó por 415/1000 sobre el español Carlos Sainz (McLaren).
Lo peor. Red Bull. El equipo principal de la bebida energizante fue la antítesis de su escuadra menor, Alpha Tauri. Este domingo era la gran oportunidad de que Max Verstappen le recorte puntos a Lewis Hamiton. Pero el holandés abandonó por fallas mecánicas en la 30ª vuelta. Mientras que su compañero de equipo, Alexander Albon, fue 15º y penúltimo entre los que terminaron la carrera ¿Seguirá el tailandés en la escudería austríaca?
El destacado. Los McLaren. Gran carrera del equipo inglés y cuyos pilotos se lucieron. Carlos Sainz clasificó tercero y su compañero de equipo, Lando Norris, sexto. Antes de cumplir la primera vuelta, Sainz quedó segundo y su compañero saltó a la tercera posición. El español peleó por el triunfo y el inglés culminó cuarto.
El destacado II. Lance Stroll. El canadiense de Racing Point fue tercero y plasmó su segundo podio en la Máxima. El primero fue en 2017, con Williams. También estuvo en la conversación por la punta en Monza.
Revancha. El año pasado Pierre Gasly fue removido de Red Bull y lo pasaron a Toro Rosso (hoy Alpha Tauri). En la penúltima fecha de 2019, en Brasil, prevaleció ante Lewis Hamilton en un duelo por el segundo lugar. En 2020 viene en ascenso y su triunfo en Monza lo terminó de reivindicar. No sería descabellado que pronto vuelva a ser compañero de equipo de Max Verstappen.
El más rápido de la historia. En Monza, conocido como el Templo de la Velocidad, Lewis Hamilton le rindió honor. El sábado en la clasificación (sin “modo fiesta” en el motor de su Mercedes) el inglés logró su 93ª pole positions en la especialidad y alcanzó el promedio de velocidad más alto con 264,362 km/h. Superó la marca del finlandés Kimi Räikkönen de 263,587 km/h en 2018 con Ferrari…
Cambio de nombre. A partir de 2021 Renault pasará a llamarse Alpine F1 Team. Se trata de una vieja sociedad entre el Rombo y esta marca cuyo antecedente fue en los años setenta. Incluso su debut en la F-1 en 1977 fue con un auto concebido junto a los departamentos de competición de Alpine y Gordini. Sus autos también cambiarán sus colores y llevarán los de la bandera de Francia; rojo, azul y blanco. Sin embargo, la estructura del equipo francés seguirá igual y Cyril Abiteboul continuará como responsable.
Lo que viene. El próximo fin de semana con el Gran Premio de la Toscana en Mugello, en lo que será el segundo de los tres Grandes Premios que tendrá Italia este año. Allí Ferrari cumplirá 1.000 carreras en la Máxima y habrá presencia de público. Unas 2.880 personas por día podrán asistir, pero a precios altos. Por ejemplo, el viernes las entradas van de 188 a 300 euros, y el domingo, oscilan de 750 a 1.200 euros…