Los ladrones no suelen entrar en la primera vivienda que sospechan que está vacía sino que primero tratan de cerciorarse de que realmente los inquilinos estarán fuera unos cuantos días.
Para saber si hay movimiento en una casa, los amantes de lo ajeno utilizan técnicas de todo tipo. Lo más habitual es dejar objetos en la puerta de entrada, como una botella vacía, una cinta adhesiva o una pegatina de cerrajería.
Un nuevo método muy utilizado mientras los propietarios o inquilinos están fuera: el hilo de silicona.
Se trata un mecanismo que consiste en pegar un hilo muy fino de silicona o, incluso, de pegamento en las partes menos visibles de la puerta de entrada, lo que es muy difícil de percibir.
ste hilo se coloca uniendo el marco y la hoja de la puerta, de manera que al abrirla se rompe. Esta es la señal que informa a los ladrones de que hay personas habitando la casa. Pero si el hilo permanece intacto varios días, los ladrones tienen libertad para acceder.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad publicaban en sus redes la detención en Huesca, durante esta pasada campaña estival, de un ciudadano de origen georgiano dejando estas pistas de silicona en varias viviendas de la zona.