Por Franklin Rosa
La debacle epidemiológica que vive EUA y Europa, y las medidas excepcionales que están tomando en todas las naciones europeas, nos dicen que muy poco aprendieron de la crisis epidemiológica que vivió China y del protocolo de bioseguridad que implementó para contener la transmisión comunitaria al inicio de la pandemia del COVID-19.
Sin duda alguna China ha contenido la transmisión comunitaria del virus. Es verdad que los asiáticos habían tenido ciertos ensayos de pandemia con el SARS, el MERS, la influenza y la gripe aviar.
La forma autoritaria, disciplinada y de participación del pueblo en la cuarentena total de la ciudad de Wuhan de más de 10 millones de habitantes y la cuarentena parcial en la provincia de Hubei de más de 50 millones de habitantes por tres meses fueron consideradas medidas de un Estado totalitario que violaron los derechos humanos. Lo último que se dijo es que los chinos escondieron los muertos y que esos números que presentaron fueron manipulados y que no han dicho la verdad sobre el origen del virus.
La realidad de los hechos es que China está casi en la normalidad y su actividad productiva en crecimiento.
En el afán desesperado de contener la transmisión comunitaria toda Europa se ha aislado, paralizado y colapsado su economía; se han empleado todo tipo de normas y protocolos de bioseguridad y los brotes y rebrotes del virus siguen su escalada.
Europa ha utilizado brigadas de rastreadores de brotes, despistaje y el cribado sanitario de personas al estar en contacto con contagiados; cuarentenas localizadas en edificios, barrios y casas de ancianos; confinamientos perimetrales de pueblos y regiones; pruebas masivas por millones de PCR y rápidas; concentraciones o burbujas sanitarias; todos los espacios públicos y privados están aforados, limitando las concurrencias de 6 a 10 personas: prohibidas las concurrencias en espacios cerrados restaurant y discoteca; el uso obligatorio de mascarilla, alcohol gel, la limpieza y desinfección a fondo de los lugares de concurrencia; cuarentena de 14 días para todas las personas que quieran entrar cuando se aplica un confinamiento perimetral de pueblos o regiones.
El rebrote del virus en este invierno es incontenible no han podido aplanar la famosa curva y la positividad se ha disparado de nuevo, solamente han logrado bajar los niveles de mortalidad usando un coctel de medicamentos, ninguno específico para el COVID- 19, y algunos que ayudan a fortalecer la defensa orgánica de los pacientes.
Que podemos esperar los dominicanos con una pandemia que fue manejada de manera irresponsable y politizada, en su inicio, por el gobierno de Danilo Medina, con una juventud en los barrios, excluidas y de bajo nivel de educación, con campañas publicitarias permanentes y constantes de romo , cerveza, juca y droga; con los gobiernos municipales y sus alcaldes que no han salido al frente a combatir la pandemia; con las Universidades y las Facultades de Medicinas que no han movilizados a sus estudiantes en campañas para detectar contagiados; con un Colegio Médico que ha sido excluido de las grandes decisiones para controlar la pandemia; de un Sistema de Seguridad Social y de Salud que estafa a los pacientes del COVID-19 en UCI cobrándoles copagos abultados y abusivos; con pruebas de PCR a cuentagotas.
Hasta ahora, la providencia, la mano de Dios, aquella que ayudó a Diego Armando Maradona a anotar el gol, en aquel histórico juego contra Inglaterra, en la Copa Mundial de Futbol del 1986, nos ha protegido, de esta segunda ola de la pandemia, que históricamente ha sido mortal, como ocurrió con la Peste Española del año 1920, de no provocar un colapso total de nuestro sistema de salud.