El oscuro negocio de los combustibles en nuestro país
Un mercado dividido
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Se supone que con el precio del petróleo tan alto en el mercado internacional, los combustibles no deberían ser un negocio en un país que no produce un solo barril. Sin embargo, la realidad es otra. Existen dos mercados en un mismo producto: uno oficial y otro subterráneo, con el apoyo de funcionarios civiles y militares.
Beneficios millonarios para el cártel de los carburantes
Mientras el pueblo paga los combustibles más caros de la región, el cártel de los carburantes adquiere ganancias multimillonarias. La proliferación de estaciones de gasolina, gasoil y gas licuado de petróleo es alarmante, con la presencia de marcas criollas en lugar de las tradicionales como Esso, Texaco y Shell.
Corrupción en todos los niveles
Desde la obtención de permisos hasta la importación clandestina de combustible, la corrupción está presente en todos los niveles. Funcionarios civiles y militares, empresarios y narcotraficantes se benefician de un negocio opaco y sin transparencia. La ley de hidrocarburos parece estar diseñada para perjudicar al pueblo y favorecer a los poderosos.
El impacto en la sociedad
El pueblo, pendejo y pobre, se ve obligado a comprar combustible a precios exorbitantes, mientras que los poderosos acumulan fortunas a costa de la corrupción en el sector. La falta de acción por parte de las autoridades y la autocensura en el tema contribuyen a que la situación se mantenga sin cambios, perjudicando siempre al pueblo.
el oscuro negocio de los combustibles en nuestro país es un tema delicado que requiere ser abordado con seriedad y honestidad, para evitar que los poderosos sigan enriqueciéndose a costa del pueblo. La transparencia y la lucha contra la corrupción son fundamentales para garantizar un mercado justo y equitativo para todos.