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Por Franklin Rosa

Altice

La humanidad empieza a transitar por el periodo más turbulento y caótico de los tiempos contemporáneos, pues las crisis periódicas a que nos tiene acostumbrado la economía capitalista se potencializan de tal magnitud que pueden desencadenar la madre de todas las crisis, la Tercera Guerra Mundial.

Mientras el caótico mundo capitalista superaba el colapso de la URSS, emergía el imperialismo norteamericano, ganador indiscutible de la Guerra Fría, y se proclamaba el fin de las ideologías y del mundo bipolar.

En los 30 años de gobernanza global por el imperio norteamericano se ha aplicado a fondo el globalismo y el neoliberalismo dando rienda suelta al reinado de las corporaciones y las multinacionales, que organizaron el mundo a su manera, un polo de riqueza con el 1 % de la humanidad y el otro polo lleno de desigualdad y pobreza.

Las naciones y los pueblos han sido las principales victimas de este nuevo orden capitalista unipolar:

La Unión Europea, una economía en crisis y dividida por el Brexit. Los movimientos sociales se movilizan en toda Europa contra el sistema, como los chalecos amarillos en Francia.

Japón, una economía estancada por más de 30 años y ahora en búsqueda de organizar de nuevo su ejército imperial, formando bloque con los EU para contener a China.

África, sumida en la pobreza y el hambre, cinco siglos de exterminio y explotación de sus recursos humanos y naturales y ahora le niegan las vacunas para combatir y controlar el COVID-19.

América Latina, el patio trasero del imperio norteamericano, explotada, dominada y manipulada a su antojo, con una OEA promoviendo intervenciones y formando bloque de países para hostigar y sancionar a los países independientes y soberanos. El continente de mayor desigualdad, fragmentado y sin voz propia en el concierto de naciones; y por último abandonada por el imperio que solamente le interesa mantener su política de sanciones y bloqueos sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua.

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Asia, con China a la cabeza, ha sido el continente más favorecido por el globalismo y la Guerra Fría. Las multinacionales buscando mercado, mano de obra barata y países sin normas ambientales, hicieron de China y parte de Asia la fábrica del mundo; dejaron a un lado la ideología, pensaron que el capital y la corrupción podían doblegar al Parido Comunista de China y lograr el colapso del modelo socialista.

China, en los treinta años de gobernanza global por el imperialismo norteamericano, se ha transformado en la economía número uno del mundo y uno de los prestamistas y financiador del consumismo norteamericano. Es la única economía del mundo que tiene dos décadas de crecimiento con un PIB de dos dígitos y sacando de la pobreza a más de 800 millones de chino. Es la nación que no ha tenido guerra, que no ha intervenido a países, que no tiene bases militares por todo el mundo y no interviene en los asuntos internos de sus socios comerciales.

China es actualmente el blanco de confrontación con el imperio norteamericano, pues le ha superado en el comercio mundial, y en el desarrollo tecnológico. La lucha por la supremacía mundial está planteada en termino de guerra o cooperación. Y están sonando los tambores de una nueva Guerra Fría.

La Federación Rusa, que ha vivido el acontecimiento histórico más importante del siglo XX, el colapso de una potencia imperial, y la transformación de su sistema socialista a un modo de producción capitalista.

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A treinta años de la claudicación de Mijaíl Gorbachov, considerada por Vladimir Putin como la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX, ha sido considerada como el acontecimiento más vergonzoso de la historia del pueblo ruso, fue una rendición incondicional sin ningún tipo de garantía que salvaguardara la existencia del Estado ruso y de las agresiones futuras de la OTAN como es el caso de Ucrania.

Desde que el pueblo ruso rescatara su soberanía e independencia con Putin al frente, la OTAN ha venido desarrollando la Guerra Fría Suave con el propósito de cercar y aislar a la Federación Rusa, sancionándola, provocándola con actos hostiles y una guerra mediática sin precedentes, acusando a Putin de dictador y de intervenir en los procesos electorales de EUA.

La Federación Rusa, ha tenido un papel estelar en la derrota de las bandas terroristas del ISIS del Estado Islámico, y en el fortalecimiento del Estado Sirio; ha logrado un pacto estratégico de Buena Vecindad con la República Popular de China; es un actor importante junto a China en la conservación de la paz mundial.

Vladimir Putin, ha manifestado, que, si la OTAN cruza la raya roja de instalar misiles en Ucrania, en la misma frontera de la Federación Rusa, responderá técnica y militarmente a esa agresión.

La humanidad vive de nuevo la famosa crisis de los misiles de Cuba en el año 1962, al borde de una confrontación nuclear, si la OTAN persiste en integrar a Ucrania y colocar armas letales y misiles cercar de la frontera rusa viviremos la madre de todas las crisis, la Tercera Guerra Mundial.

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