Por Franklin Rosa
Con inicio de la nueva Guerra Fría 2.0, entre EU-OTAN contra Rusia a través de Ucrania, se pone fin al neoliberalismo y la globalización que expandieron el capitalismo por todo el mundo, y que transformó a Rusia como la gasolinera de Europa y a China como la fábrica del mundo.
La nueva Guerra Fría se perfila, como la primera, de baja intensidad, donde una escalada a nivel nuclear no se contempla por la disuasión, que imponen los arsenales nucleares, misiles supersónicos, submarinos atómicos, de los actores de esta macabra contienda, que están llevando al matadero a la juventud de Rusia y Ucrania.
Uno de los principales objetivos estratégicos de la EU-OTAN, fue romper el maridaje que desarrolló Angela Merkel con Rusia, en el plano de la seguridad energética, en una matriz integrada por gas, petróleo y carbón, que suministraba Rusia; garantizaba el desarrollo industrial de Alemania y su posición competitiva en la industria química y automotriz.
Con el Sabotaje y la destrucción parcial del gasoducto Nord Stream 2, lograron la desvinculación parcial de Alemania del gas ruso; con las sanciones económicas y políticas lograron el aislamiento total de Rusia del mercado europeo. La confiscación de todos sus recursos financieros en el exterior, intentando quebrar la economía rusa.
Conjuntamente con esta política de destruir la economía rusa, uno de los productos exitosos de la globalización, se planteó, el otro objetivo estratégico de contener a China.
Confrontar a China significa sabotear y destruir la gran iniciativa de comercio global la Nueva Ruta de la Seda, o La Franja y La Ruta, que cumple 10 años de expansión exitosa de su comercio por todo el mundo, moviendo millones de toneladas de mercancías entre Europa y China. Desplazando como primera economía mundial a los Estados Unidos, asumiendo el liderazgo tecnológico en los campos de comunicación, energía alternativa y movilidad eléctrica; es el principal prestamista del gobierno norteamericano.
En la política de contención y confrontación con China se vienen dando los siguientes pasos:
1- Las provocaciones permanentes de Taiwán, invocando la independencia, creado trastorno al desarrollo económico y al intercambio comercial entre ambos territorios.
2-Guerra comercial y persecución de empresas chinas. 3-Retiro de empresas e inversores del mercado chino.
3-Italia renuncia a pertenecer a la Franja y la Ruta, y llama la Unión Europea a desvincularse de China y romper su dependencia de la cadena de suministro de la fábrica del mundo.
4-El bloqueo de Europa y Estados Unidos a inversiones chinas.
5-La conformación de un nuevo bloque militar en Asia Pacífico dotándolo de submarinos nucleares.
6- Bloqueo del comercio de dispositivos de alta tecnología.
7-Estimular la confrontación fronteriza entre China y la India.
Desvincularse de China, primera economía mundial, dónde nacen la mayoría de las cadenas de suministros de bienes e insumos, de todo tipo, incluyendo los esenciales para el mundo tecnológico de hoy. Una economía inclusiva que ha vinculado a través de la Franja y la Ruta a los cinco continentes. Líder junto a Rusia del BRICS, bloque geopolítico para el crecimiento económico y el desarrollo sostenible, independiente de la hegemonía imperial. Busca un nuevo orden mundial multipolar y la independencia del dólar como moneda de intercambio y de reserva. El mayor mercado del mundo con unos 800 millones de consumidores de clase media y donde se estimula la expansión y el consumo del mercado interno para depender menos de las importaciones de los países hostiles.
Con esta realidad, la desvinculación de China, la guerra comercial, o una confrontación militar a través de terceros, traerá consecuencias devastadoras para el mundo occidental. Es la muerte de la globalización capitalista con sus multinacionales.
Para contener a China, la mira del Imperio está puesta en boicotear y sabotear la Franja y la Ruta, para liberar de la dependencia del comercio chino a toda Europa y al mundo occidental.
En este propósito, el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu le propone al mundo, una Nueva Ruta Comercial a través de los pueblos árabes, que conecta a Arabia Saudita e Israel con Europa. Este proyecto contempla la destrucción del Estado Palestino como obstáculo negativo en esta ruta comercial.
En fin, nada con China, el principal socio rico de la globalización y del mundo occidental,
Hay que elegir: confrontación o cooperación. La humanidad no soporta más la larga historia de genocidio, guerra, sanciones, crisis sanitarias y ecológicas, que el neoliberalismo y la gobernanza unipolar han impuesto al mundo. Es el momento de luchar por un futuro de progreso compartido que garantice el desarrollo sostenible para toda la humanidad.