“Una mala reputación es una carga, ligera de levantar, pesada de llevar, difícil de descargar”
– Hesíodo –
Vía contraria: El auge de los terroristas digitales en la era de la desinformación
Por Víctor Bautista
@viktorbautista
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Fake news y posverdad: armas de destrucción masiva en las redes sociales
En la actual era dominada por las fake news y la posverdad, estas se han convertido en nuevas armas de destrucción masiva. En medio de la aparente libertad que ofrecen las redes sociales, surge un grupo peligroso: los terroristas digitales, que actúan como apóstoles del chantaje y la extorsión cibernética.
Estos actores de alto riesgo han encontrado un terreno fértil en países donde la corrupción y el pillaje alcanzan niveles inéditos, afectando incluso a personas con honras bien ganadas. Su modus operandi se basa en aparentar acceso a información privilegiada sobre sus víctimas, seleccionadas según el manejo de fondos públicos, salarios o capitales privados, para calcular el botín a extraer.
El modus operandi de los chantajistas digitales en redes sociales
Operan en todas las plataformas sociales, con especial presencia en YouTube. Allí gestionan canales con dedicación y edición profesional, utilizando imágenes y efectos que simulan trabajos serios. Sin embargo, detrás de esa fachada se esconden chapucerías diseñadas para asestar puñaladas desde la internet oscura o dark web.
Su discurso combina insultos, diatribas y mentiras, acompañadas de “datos” extraídos de rumores públicos que inflan para generar miedo. No dudan en atacar la vida personal, financiera y hasta sexual de personas consideradas vulnerables.
El fango digital: cómo la mentira se convierte en verdad para una masa ignorante
Estos agresores se baten en un fango virtual, tras un muro de anonimato que sus víctimas temen escalar por miedo a ensuciarse. En ese ecosistema perverso, la verdad naufraga; los malvados se convierten en héroes para una masa de seguidores ignorantes e instintivos, que actúan como una pléyade de borregos.
Al no ser confrontados, su capital de falacias crece día a día. Se arman con narrativas inverosímiles, versiones delirantes y neuróticas, que solo tienen valor de verdad en sus mentes distorsionadas y en las de sus seguidores más fieles.
La urgente necesidad de combatir la desinformación y el ciberchantaje
Si esta horda digital no es atacada en su raíz, mediante mecanismos legales y el cumplimiento estricto de las normas de convivencia de las redes sociales, su potencial destructivo moral seguirá intacto. Actualmente, pueden decir lo que quieran sin contraste ni sanción.
Reconozco que enfrentarlos no es tarea sencilla. Los recursos de los manuales y la teoría de comunicación de crisis resultan insuficientes. El silencio no es una estrategia sostenible, y los procesos legales podrían incluso catapultarlos en lugar de frenarlos.
Por ello, la enterprise social networking debe revisar críticamente su aporte a la sociedad, estableciendo normativas sólidas y condicionalidades estrictas para controlar a estos agentes perturbadores y proteger la integridad moral en el entorno digital.

