Historia de la dictadura Somocista en Nicaragua: De Sandino a la Revolución Sandinista
El legado de Augusto César Sandino y la llegada de los Somoza
Se cree que tras la muerte de Augusto César Sandino, Nicaragua quedó bajo el dominio de un solo dictador Somoza. Sin embargo, otros sostienen que fueron dos Somoza quienes gobernaron el país, o confunden a “Tacho”, el dictador original que asesinó a Sandino, con “Tachito”, su hijo menor y último tirano, derrocado en 1979 por el joven líder revolucionario y actual presidente, Daniel Ortega.
En realidad, Nicaragua fue gobernada por el patriarca Anastasio Somoza García, sus dos hijos y dos presidentes títeres que continuaron con el régimen somocista.
Anastasio Somoza García: El inicio de una dictadura
Conocido como “Tacho“, Anastasio Somoza García fue un terrateniente y general aliado de Estados Unidos. Casado con Salvadora Debayle, se hizo con el poder tras asesinar al líder revolucionario Sandino el 21 de febrero de 1934.
Durante casi dos décadas, Somoza humilló y burló a los opositores políticos, obligándolos a exiliarse tras largas caminatas por la frontera con un racimo de bananos al hombro. Su régimen terminó abruptamente cuando fue asesinado en un baile por el joven poeta de 26 años, Rigoberto López Pérez, quien se inmoló en el acto y fue ejecutado por los escoltas del dictador.
La continuidad del régimen: Luis Somoza Debayle y los presidentes títeres
Tras la muerte de “Tacho”, asumió el poder su hijo Luis Somoza Debayle, quien mantuvo la opresión y las desigualdades sociales en Nicaragua. Gobernó hasta 1963 y entregó la presidencia al abogado René Schick, quien estuvo al mando desde mayo de 1963 hasta agosto de 1966.
Después, el también somocista Lorenzo Guerrero fue elegido para completar el período presidencial hasta mayo de 1967, cuando finalmente entregó el poder al menor de los Somoza, Anastasio Somoza Debayle, conocido como “Tachito”.
El ascenso del Frente Sandinista y el fin de la dictadura Somocista
A partir de 1961, con la fundación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el movimiento revolucionario empezó a ganar fuerza.
En 1979, el FSLN entró triunfalmente en Managua, recibiendo el apoyo masivo del pueblo que salió a las calles a celebrarlo. El dictador Anastasio Somoza Debayle y sus seguidores huyeron del país, marcando el fin de una era de opresión y el inicio de una nueva etapa política.
Fuente: Comentarios del poeta Rafael Peralta Romero sobre el libro Adiós muchachos de Sergio Ramírez, y la obra de Euclides Gutiérrez Feliz sobre los magnicidios dominicanos.