PARÍS. Los médicos franceses se mostraron aliviados pero los propietarios de negocios estaban desesperados mientras Francia se preparaba el jueves para volver a confinarse por un mes para frenar la rápida propagación de un brote otoñal de coronavirus.
Los clientes de un mercado de productores de la capital, París, dijeron estar listos para restringir sus libertades ante el creciente número de muertes relacionadas con el virus y la cantidad de pacientes de COVID-19 que llenan los hospitales franceses.
El nuevo confinamiento es más suave que el decretado en primavera, pero sigue siendo un golpe para los restaurantes y otros negocios no esenciales que se ven obligados a cerrar sus puertas en una de las mayores economías del mundo.
Las escuelas permanecerán abiertas esta vez para reducir las brechas de aprendizaje y permitir que los padres sigan trabajando. Los mercados de productores, parques y fábricas pueden seguir abiertos, según las autoridades,.
Los legisladores votarán el jueves las nuevas restricciones anunciadas por el presidente, Emmanuel Macron, que está previsto que entren en vigor a medianoche. La cámara baja del Parlamento está controlada por el partido centrista de Macron, por lo que su aprobación está casi garantizada. El primer ministro explicará los detalles del plan para luchar contra el coronavirus el jueves por la noche.
Las nuevas medidas son “una admisión del fracaso” de los esfuerzos de prevención del gobierno, dijo el jueves el doctor Eric Caumes, director del departamento de enfermedades infecciosas y tropicales del hospital Pitie-Salpetriere de París, en declaraciones a la televisora BFM, al tiempo que pidió restricciones más duras.
El presidente del principal grupo de cabildeo empresarial del país, MEDEF, Geoffroy Roux de Bézieux, dijo en la radio Europe-1 que “cerrar negocios que no responsables de la contaminación es un error” que podría abocar a muchos a la bancarrota. Añadió que la medida era un regalo al minorista de internet Amazon, “el gran ganador del confinamiento”.
Los pacientes con COVID-19 ocupan ahora el 60% de las camas de unidades de cuidados intensivos del país y se reportan decenas de miles de nuevos casos a diario. Las autoridades confirmaron 244 muertes relacionadas con el virus el miércoles, para un total de 35.785 desde el inicio de la pandemia, el tercer peor dato del continente solo por detrás de Gran Bretaña e Italia.