El fiscal del condado de Manhattan, Alvin Bragg, manifestó que cualquiera que crea que haya sido condenado falsamente en su distrito puede visitar el sitio web de la entidad judicial: https://www.manhattanda.org/contact-us/.
Asimismo, los teléfonos de las tres dependencias en el condado son: 212-335-9000 en Down Town; 212-864-7884 en el sector de Harlem; y el 212-335-3320 en el Alto Manhattan.
En la Gran Manzana residen más de 800 mil dominicanos, miles de ellos han sido condenado por diferentes delitos a través de los años.
Si la Oficina del Fiscal de Distrito accede a revisar el caso por segunda vez, la investigación será realizada conjuntamente por la oficina, la persona condenada y su abogado, informó Bragg.
“Queremos correr la voz de que las personas pueden iniciar este proceso”, expresó el fiscal.
Terri Rosenblatt, jefa de la Unidad de Justicia Posterior a la Condena en la oficina, cree que el nuevo proceso brindará una mayor transparencia, “para que todos puedan tener confianza en el proceso, de acuerdo en que una condena fue injusta o no, que las personas pueden retirarse sabiendo que lo hicimos de una manera justa”.
Por su parte, el senador estatal de Harlem, Cordell Cleare, elogió el nuevo proceso de solicitud de revisión de condenas. Como organizador comunitario, Cleare pasó años ayudando a los “5 de Central Park” a convertirse en los “5 exonerados”.
Este caso sucedió en abril de 1989, cuando cinco adolescentes, los afroamericanos Antron McCray, Kevin Richardson, Yusef Salaam, Korey Wise y el hispano Ramón Santana, fueron arrestados por el brutal asalto y violación de una mujer blanca en Central Park.
La policía neoyorkina, presionada para encontrar con rapidez a los responsables, convirtió a los cinco menores de 16 años, en los principales sospechosos del atroz hecho que no cometieron. Fueron condenados injustamente por la violación y enviados a prisión.
Inicialmente iban a ser acusados de disturbios, pero la jefa de la unidad de delitos sexuales de la fiscalía de Manhattan, Linda Fairstein, determinó sin pruebas y con la necesidad el cerrar el caso, que ellos eran responsables de la violación.
En el año 2002 sus condenas fueron revocadas, cuando un asesino y violador en serie, el hispano Matías Reyes, confesó haber sido el único autor del crimen y su ADN coincidió con el hallado en todo el cuerpo y la ropa de la víctima.
En cuanto se conoció la culpabilidad de Reyes se inició un proceso legal y los cinco jovencitos, ya adultos, fueron exonerados y en 2014, tras más de 10 años de una batalla judicial, recibieron una indemnización de US$41 millones de dólares.
Aunque no tuvo ligado judicialmente al caso, el fiscal Bragg ha manifestado: “Las condenas erróneas son el colmo de la injusticia”. “Un proceso objetivo justo, abierto e independiente, eso es lo que podemos ofrecer al público”.
Por Ramón Mercedes