Hospitales, medios de comunicación, bancos, instituciones públicas y privadas de Haití están totalmente paralizados debido a la persistente escasez de combustible que afecta al país desde hace más de tres meses.
Uno de los principales hospitales del país, el Bernard Mevs, anunció hoy que debido al problema del combustible, que está afectado el funcionamiento del centro, “nos vemos obligados a no seguir recibiendo pacientes”.
En tanto, algunas instituciones, como los bancos comerciales, han anunciado la reducción de sus horarios ante esta escasez, que se debe principalmente a la inseguridad y a los bloqueos de carreteras y calles montados por las pandillas que controlan zonas clave de Puerto Príncipe, donde se encuentran los depósitos de carburante.
Las ventanillas bancarias abrirán lunes, miércoles y viernes de 8.30 de la mañana a las 14.00 horas de la tarde hasta que la distribución de combustible vuelva a la normalidad, informó la Asociación de Propietarios de Bancos.
A causa de la actual crisis, el precios del transporte público se han duplicado o incluso triplicado, mientras que en las calles de la capital, durante el horario escolar, se ve a decenas de alumnos caminando a pie hacia la escuela.
El pasado mes de octubre, la ONG Médicos Sin Fronteras denunció que la escasez de combustible estaba “afectando gravemente a sus operaciones” en Haití.
Si la situación persiste, uno de sus hospitales “podría tener que reducir sus actividades y restringir sus criterios de admisión”.
Hace una semana se reinició el suministro de carburante después de semanas de escasez generada por el bloqueo del reparto por parte de bandas armadas, pero la distribución ha sido desigual y solo están abiertas algunas gasolineras de Puerto Príncipe, donde a diario se forman muchedumbres más o menos caóticas.
Haití atraviesa una fuerte inestabilidad desde el asesinato del presidente Jovenel Moise, el pasado 7 de julio, una crisis que se ha visto agravada en las últimas semanas por la inseguridad causada por las bandas armadas.