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Por Eléxido Paula

Altice

Para pronosticar y visualizar el año que comienza, necesariamente debemos mirar bajo la óptica de la racionalidad y la objetividad, el que a penas hace horas terminó, es decir, el año 2017.

El año 2017 lo podemos declarar el año de la corrupción, la impunidad, la violencia y la criminalidad. El punto negro, la sombra y la penumbra que ha cubierto el firmamento de la nación dominicana con la ocurrencia de tantos escándalos, y con ello el irrespeto a la constitución y las leyes en el presente gobierno mantienen al país sumido en la incertidumbre, la indignación, la impotencia y el pesimismo, y casi al borde de un estallido social de imprevisibles consecuencias.

El presente gobierno en estos pasados 365 días se ha burlado con el más descarado cinismo, hipocresía y sarcasmo del pueblo dominicano, valiéndose de su cuestionada mayoría aplastante de senadores, diputados y del control de la justicia, del Ministerio Público y de las Altas Cortes, ostentando el poder sin límites ni control, a manera de una monarquía, plutocracia o una cleptocracia.

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Sin embargo, un rayo luminoso cubrió a gran parte de la geografía nacional, que impregnó de esperanza y deseos de cambio a millones de dominicanos; nos referimos al movimiento social bautizado con el nombre de Marcha Verde.

A partir del surgimiento de Marcha Verde, apoyado por dominicanos y dominicanas de distintos colores, grupos sociales, partidos de oposición, personas ligadas a los sectores empresariales, religiosos, gremiales, sindicales, estudiantiles, académicos, intelectuales y campesinos, nos permite augurar un año 2018 con mayores niveles de sensibilidad y concienciación ciudadana y de compromiso con la nación, que pudiera provocar la tan esperada transición democrática y el desplazamiento de la maquinaria electoralista, mafiosa y corrupta jamás vista en la historia política y social de la República Dominicana.

No es para menos, que estudios de opinión tanto nacionales como extranjeros, recogen un acentuado y generalizado pesimismo de lo que sería el año 2018.

La mayoría de los dominicanos y dominicanas entienden que, si las autoridades gubernamentales y del partido en el poder han gobernado 17 años como una dictadura, un partido único y con una capacidad asombrosa de enriquecimiento ilícito, sería impensable e improbable que actúen de otra manera en el transcurso del año 2018. Su actuación como gobierno ha estado marcada en la acumulación de grandes fortunas, a través de el latrocinio, el nepotismo, abuso de poder, fraude, robo, prevaricación, lavado de activos, narcotráfico, entre otros ilícitos penales.

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¿Qué buenas expectativas del nuevo año puede tener una ciudadanía que se siente engañada, diezmada y violada desde lo más sagrado de la nación, la constitución y de sus derechos fundamentales e inalienables, por parte del presidente de la República y sus autoridades y funcionarios públicos?

Como expectativa de nación para este nuevo año, entiendo debe producirse una sólida y contundente concertación social y política entre los partidos y agrupaciones políticas de la oposición y sectores empresariales, de la sociedad civil con la colaboración y apoyo de representantes de las iglesias y universidades del país que permita fraguar un perfil de lo que sería un proyecto y propuesta de nación que dé lugar a una transición democrática posible y viable.

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