“Cuando el futuro es demasiado incierto es prudente dar pasos cortos”
Los humanos tendemos a protegernos. En el caso de las inversiones no estamos protegiendo realmente el dinero, sino nuestro futuro y muchas veces el mismo presente, cuando dependemos de lo generado mensualmente para vivir. Lo complejo es saber en cuál momento invertir en qué.
Me quiero referir a las crisis que no causamos nosotros, las exógenas que dependen de mercados, ya sean globales o no. Una situación de guerra internacional o un endeudamiento desmedido de un gobierno; ambos causarán cambios radicales en los sistemas de inversión. ¿Sabemos cuándo sucederán y si serán al alza o a la baja?
Es casi lamentable que el pasado no sirva para predecir el futuro. Ver qué pasó en crisis anteriores no es confiable para saber en qué invertir, mucho menos cuándo. La experiencia nos dice que cada crisis es diferente y a cada uno le afecta de manera distinta.
Recuerdo personas que en una crisis estatal compraron títulos del estado a mediano plazo. La devaluación les afectó en primera instancia porque no pudieron convertir su dinero en moneda fuerte para protegerlo, ni pudieron invertir en inmuebles que recuperaron su valor. Sin embargo, los intereses del mercado bajaron y ellos se quedaron con títulos de alto rendimiento, multiplicando su capital.
Hemos visto como crisis hipotecarias se convierten en crisis financieras, perdiendo valor las viviendas y afectando luego a títulos financieros que hasta perdieron todo su valor. Se afectaron las acciones de empresas que no tenían nada que ver con lo que estaba pasando, y hasta bonos de países muy alejados a la realidad de un mercado que era una gran burbuja.
Lo que más nos puede ayudar a saber qué hacer si viene una crisis es reaccionar rápido. Cuando una crisis que no puedo controlar se acerca a mi capital trato de correr el menor de los riesgos. Lo que quiero dejar claro, prefiero protegerme que especular… es que no vivo de la especulación, quizá para otros sea bueno ver lo que va a suceder para sacarle provecho.
Ver lo que ha ocurrido en otros países y lo que sucede a nivel mundial nos ayuda a poner las barbas en remojo. Si usted es como yo, sabrá acomodar su portafolio de inversión para navegar lo más tranquilamente por las aguas atormentadas. Si es pescador, quizá se posicione para sacar ganancias en el revuelto mar.
En este momento la situación mundial está muy imprecisa. Algunas guerras donde los grandes países se ven envueltos cambia la estabilidad natural. Si desea invertir en acciones muy posiblemente las empresas que venden armamento pueden ser las que le ayuden a ganar dinero. Otras empresas quizá en el mediano plazo se vean afectadas por un mundo convulsionado. Yo le agregamos que en los últimos dos años las acciones se han sobrevalorado, ya sabremos la dirección que tomarán sus valores si hay cambios drásticos.
Países con deudas muy altas se están viendo en la obligación de renegociarlas bajando sus plazos, pasando por el peligro de en un futuro no poder pagar ni los intereses. No compare el porcentaje de deuda con relación al PIB. No es lo mismo tener un préstamo hipotecario que un compromiso con un prestamista… aunque a los dos le deba lo mismo.
Aunque el porcentaje de la deuda sea lo mismo, la carga mensual es mucho mayor con el acreedor informal. El dato importante para comprar deuda de países es el porcentaje de sus ingresos que utiliza para pagar los intereses de la deuda, y la velocidad con que crece su deuda.
Por Diego A. Sosa