El camaleón político dominicano y la justicia en el caso Odebrecht
Por Roberto Valenzuela
El cambiante panorama político dominicano recuerda la escena bíblica en la que una multitud exaltada aclama a Jesús como Rey y Mesías a su entrada en Jerusalén, para luego, pocas horas después, pedir su crucifixión y la liberación de Barrabás, un delincuente. Esta analogía ilustra el comportamiento de ciertos políticos y figuras públicas en la República Dominicana.
De aliados a detractores: la traición a Ángel Rondón
Durante años, muchos le rindieron pleitesía al empresario Ángel Rondón, considerándolo un intermediario clave y un facilitador de favores familiares y empresariales. Sin embargo, hoy esos mismos actores le exigen que enfrente todo el peso de la ley y celebran que Estados Unidos le haya retirado la visa. Este contraste evidencia la hipocresía y el oportunismo de algunos sectores.
Ante esta situación, es fundamental que la Justicia dominicana actúe con independencia y no permita injerencias extranjeras en procesos nacionales como el caso Odebrecht. La presión internacional, especialmente de potencias como Estados Unidos, representa una afrenta a la soberanía judicial del país.
La soberanía judicial en juego
Si la República Dominicana es un país libre y soberano, no debe tolerar presiones externas para condicionar decisiones judiciales. De lo contrario, estaríamos aceptando un papel subordinado, como una “colonia” o “finca bananera”, donde se permite que otro país dicte las reglas.
Es preocupante que mientras a Rondón se le retire la visa, miles de dominicanos encarcelados o deportados en Estados Unidos sufren tratos inhumanos sin que ninguna autoridad local ejerza presión para garantizar sus derechos.
Un juez dominicano alerta sobre la presión extranjera
El mismo día que se anunció la revocación de la visa a Rondón, un juez dominicano, reconocido por su integridad y comparado con la magistrada Mirian Germán, expresó que esta acción representa un mal precedente. Según él, se está intentando condicionar la independencia de los tribunales en el caso Odebrecht.
Este juez aclaró que Rondón no tiene asuntos pendientes con la Justicia estadounidense, sino exclusivamente con la dominicana. Por tanto, los jueces deben decidir sin ceder a presiones externas, respetando el debido proceso y la ley.
Odebrecht, intereses geopolíticos y corrupción
Ángel Rondón ha señalado acertadamente que el conflicto es “un pleito entre el huevo y la piedra”, evidenciando que ningún juez quiere enemistarse con Estados Unidos, que envía una señal clara contra el acusado. Esto pone en riesgo la autonomía judicial y la búsqueda real de justicia.
Si bien la lucha contra la corrupción es necesaria, no debe ser manipulada para favorecer intereses extranjeros. En el fondo, el objetivo parece ser desplazar a Odebrecht de la región, dado que la constructora brasileña había desplazado a empresas norteamericanas en varios países.
El Departamento de Estado de EE. UU. defiende sus intereses comerciales, sin importar si en la República Dominicana hay corrupción o no. Como ha dicho Rondón, “Odebrecht fue corrupta en todos los otros países menos en Estados Unidos”, porque para ese país lo que realmente importa es proteger su capital e intereses.
La dimensión política de la ofensiva contra Odebrecht
La presión contra Rondón y otros vinculados a Odebrecht responde también a motivos políticos. Odebrecht fue un sostén económico para la izquierda progresista y sus líderes en América Latina, como Hugo Chávez, Rafael Correa, Lula Da Silva, Dilma Rousseff, Evo Morales y Ollanta Humala.
Esta realidad deja claro que la campaña para destruir la reputación y operación de Odebrecht va más allá de la corrupción: es una lucha geopolítica que afecta el equilibrio regional.
Una reflexión final: soberanía y justicia dominicana
Como periodista independiente, sin vínculos con Rondón ni Odebrecht, prefiero defender la soberanía nacional y la integridad de nuestra justicia antes que aplaudir la injerencia de un país que ha impuesto dictaduras como las de Somoza, Trujillo y Batista.
La historia nos recuerda los golpes de Estado y asesinatos de líderes honestos y progresistas como Salvador Allende en Chile, Juan Bosch en República Dominicana y los eventos de la Guerra de Abril de 1965. Que esta realidad nos sirva de reflexión para cerrar un año y comenzar otro con un compromiso firme por la justicia y la independencia nacional.
