Es una de las redadas más letales de los últimos años en Cisjordania. Entre los muertos hay una mujer de 60 años
El Ejército israelí ha matado este jueves a nueve palestinos en el campo de refugiados de Yenín, en una de las redadas más letales de los últimos años en Cisjordania, según ha informado el Ministerio de Sanidad palestino. Siete son milicianos y dos civiles, entre ellos una mujer de 60 años. Hay, además, 16 heridos, cuatro de ellos en estado crítico. Las fuerzas israelíes permanecieron tres horas a plena luz del día en el campo de refugiados, en el que suelen optar por operaciones más rápidas y específicas de madrugada por tratarse de un bastión de las milicias palestinas. Un décimo palestino ―de 22 años― murió por fuego israelí horas más tarde, cuando participaba en una protesta a raíz de la incursión en Al Ram, cerca de Jerusalén, según el Ministerio.
El ejército asegura en un comunicado que efectuó la operación en Yenín “para aprehender una célula terrorista de la Yihad Islámica” y que esta derivó en un tiroteo en el que mató a tres de sus integrantes. Los soldados también acabaron con la vida de otros dos que huían del edificio, así como de uno que se encontraba dentro del inmueble cuando entraron a detonarlo, según el comunicado. En las imágenes se puede ver cómo un grupo de jóvenes lanzaba piedras a los vehículos acorazados cuando entraban en el campo mientras se escuchaban disparos y la detonación de explosivos.
Cuatro de los milicianos muertos pertenecían a Hamás, dos a la Yihad Islámica y uno a las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de Al Fatah, según ha informado cada organización. La Yihad Islámica ha señalado que está preparada “en todas partes para el próximo enfrentamiento”.
El ejército israelí, que está en estado de alerta por el riesgo de que la tensión se extienda a Gaza, gobernada por Hamás, ha informado en la madrugada del viernes del lanzamiento desde la franja de dos proyectiles, que fueron interceptados. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha dejado claro que las fuerzas de seguridad “están preparadas para cualquier acontecimiento en los distintos escenarios” y que “seguirán operando en cualquier lugar y momento contra cualquiera que pretenda dañar” a los ciudadanos del país. Tras participar en una reunión de análisis de la situación de seguridad, el jefe de Gobierno, Benjamín Netanyahu, ha elogiado la “valentía” de los soldados que participaron en la redada, según un comunicado difundido por su oficina.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, ha declarado el fin de la coordinación de seguridad con Israel derivada de los Acuerdos de Oslo (1993), una medida que ya ha anunciado en anteriores ocasiones sin llevarla a efecto. “En vista de la repetida agresión contra nuestro pueblo y la socavación de los acuerdos firmados, incluidos los de seguridad, consideramos que desde este momento no hay coordinación de seguridad con el Gobierno de ocupación israelí”, ha asegurado su portavoz, Nabil Abu Rudeina, tras una reunión extraordinaria del Ejecutivo.
Abbas ya había calificado los hechos de “masacre” y declarado tres días de luto con banderas a media asta, mientras que su primer ministro, Mohammad Shtayyeh, había pedido a Naciones Unidas y a las organizaciones internacionales de derechos humanos que “intervengan urgentemente para proporcionar protección al pueblo palestino y detener el derramamiento de sangre de niños, jóvenes y mujeres”. Toda Cisjordania está desde esta mañana en huelga general, convocada por Al Fatah, y se han celebrado manifestaciones de protesta en otras ciudades palestinas, como Nablus o Ramala.
El coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en Oriente Próximo, Tor Wennesland, se ha mostrado en un comunicado “profundamente alarmado y entristecido por el continuo ciclo de violencia en la Cisjordania ocupada”, con la redada en Yenín como “crudo ejemplo”, y ha pedido a las autoridades israelíes y palestinas que contribuyan a reducir la tensión.