Desde marzo de 2018, Sebastián Piñera agota su segundo mandato presidencial, este nuevo cuatrienio inició con una correcta política económica —a consideración de los principales agentes económicos chilenos— logrando un crecimiento en el orden del 4%. Empero, una serie de medidas que procuraban nuevos ajustes económicos, entre los cuales estaba la tarifa del metro, desencadenaron, en octubre de 2019, lo que se denominó el “Estallido Social”. Estas masivas manifestaciones y disturbios originados en Santiago, propagados a todas las regiones de Chile y protagonizados por miles de estudiantes, comenzaron a generar evasiones masivas en el pago del transporte público; conforme y avanzaron los días, las protestas se transformaron en saqueos y disturbios en gran parte del territorio y esta escalada desestabilizadora terminó cesando las operaciones del Metro De Santiago y otros sistemas de transporte público, y llevó al gobierno del presidente Piñera a establecer un estado de emergencia y un posterior toque de queda en todo el país.
Estos eventos impactaron contundentemente en el desenvolvimiento económico de Chile, el decrecimiento del PIB en 2019 fue del 2.5%, las pérdidas de empleos sobrepasaron las 300 mil y lo más lamentable de este turbio panorama social fueron las pérdidas humanas: entre octubre de 2019 y marzo de 2020, 34 personas se reportaron oficialmente como fallecidas producto de las manifestaciones, de las cuales, 15 fueron encontrados en lugares siniestrados, 14 corresponden a muertes en lugares incendiados.
Todo este escenario descrito, sumado a la posterior llegada de la pandemia han llenado de complejidad el horizonte chileno de cara a su nueva cita con las urnas.
Dos extremos
La actual situación política electoral que vive Chile, le ha llevado a escoger entre los extremos; una de sus opciones es José Antonio Kast, de 55 años, de descendencia alemana, su padre fue militante del Partido Nazi, su hermano Miguel Kast fue ministro de estado en el gobierno de Augusto Pinochet. Varios analistas, académicos y medios de comunicación lo han catalogado de ultraconservador; ha sido acusado de homofobia. Contra sus posiciones más radicales, están su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo, su rechazo al aborto, así como sus posturas nacionalistas, por ello, ha recibido múltiples críticas, siendo señalado de fascista.
La otra opción electoral es Gabriel Boric, de descendencia croata, de 35 años, fue presidente de la Federación de Estudiantes en el período 2011-2012, su padre fue militante del Partido Demócrata Cristiano y de ahí iniciaron sus inquietudes por la política; en la actualidad es diputado. Sus posturas fundamentales van en contraposición a las planteadas por Kast. A pesar del escepticismo creado a inicios del proceso electoral alrededor de su corta edad e inexperiencia, los movimientos sociales de izquierda han ido cohesionándose en torno a su candidatura. Sus adversarios le han acusado de ser un admirador del extinto Hugo Chavez y han señalado el riesgo que implicaría convertirlo en presidente, por aquello de replicar modelos fallidos como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Chile como gran referente de institucionalidad y desarrollo de toda la región, llega a una de las jornadas más trascendentes de su historia contemporánea, el resultado marcará una nueva etapa en su vida democrática. El plazo para el balotaje chileno, indefectiblemente, se cumplirá el domingo 19, el cambio de rumbo será inminente.
Por Roberto Ángel Salcedo