Las fuerzas estadounidenses empezaron a retirarse de dos bases militares en Afganistán, indicó un responsable este martes, el mismo día en que deben empezar las negociaciones de paz entre el gobierno afgano y lo talibanes a pesar de la violencia y la crisis política en el país.
Según el acuerdo firmado el mes pasado en Doha, con el que Washington quiere poner fin al conflicto más largo de su historia, todas las fuerza extranjeras abandonarán Afganistán en un periodo de 14 meses, a condición de que los talibanes cumplan sus compromisos en materia de seguridad.
Según este acuerdo, Estados Unidos tienen que reducir inicialmente sus tropas de 12.000 a 8.600 hasta mediados de julio y cerrar cinco de las 20 bases que tiene en el país.
Las tropas empezaron a abandonar una base en Lashkar Gah, la capital de la provincia de Helmand, en el sur, y otra en Herat, en el este, indicó a la AFP un responsable estadounidense que no quiso identificarse.
A pesar de estas retiradas, las fuerzas estadounidenses siguen manteniendo “todos los recursos militares y la autoridad para cumplir sus objetivos”, dijo el lunes el coronel Sonny Leggett, un portavoz, en referencia a las operaciones de contraterrorismo en apoyo de las fuerzas afganas.
Helmand, que junto a la provincia vecina de Kandahar está considerada un feudo de los talibanes, fue el escenario de los enfrentamientos más duros de la guerra que empezó hace 18 años.
Omar Zwak, un portavoz del gobernador de Helmand, dijo a la AFP que entre 20 y 30 extranjeros abandonaron Lashkar Gah desde el pasado fin de semana.
Tras el acuerdo, los talibanes, que presumen de haber logrado una “victoria” ante Estados Unidos, siguen llevando a cabo ataques de baja intensidad contra las fuerzas afganas. Por el momento Estados Unidos solo respondió a algunos de ellos.