Millones de norteamericanos están viendo este lunes cómo la sombra de la Luna cubre el Sol en un eclipse total que está recorriendo Norteamérica de sur a norte y de este a oeste, atravesando México, Estados Unidos y Canadá en su camino. Este acontecimiento sucede cuando la Luna se alinea justo para interponerse entre el Sol y la Tierra, tapando el disco solar y provocando una oscuridad similar a la nocturna. El fenómeno, que se observa en algunas zonas de México, EE UU y Canadá, durará 310 minutos (algo más de 5 horas) y será visible en una franja de unos 200 kilómetros de ancho que ha comenzado su recorrido en el Pacífico mexicano, ha atravesado el centro de Estados Unidos y finalizará en el Atlántico, tras recorrer el este de Canadá. La primera localidad mexicana en la que se ha visto el eclipse total es Mazatlán a las 11.07, hora local (las 20.07, hora peninsular española). En Cleveland (EE UU), ha sido total a las 15.15, hora local, y en Montreal (Canadá) a las 15.26. El fenómeno ha comenzado a las 18.51, hora local peninsular. En España será un eclipse parcial muy débil. Además, el fenómeno se producirá solo durante unos minutos, porque el sol se pondrá en poco tiempo.
Actualización de la imagen de satélite donde se aprecia la sombra proyectada del #Eclipse2024 ya sobre #México pic.twitter.com/wnPEComEZu
— CONAGUA Clima (@conagua_clima) April 8, 2024
México, Estados Unidos y Canadá han sido los territorios afortunados desde los que el eclipse solar ha podido observarse en su totalidad o casi. En México, las mejores vistas las ha tenido Mazatlán, en el Estado de Sinaloa, y Torreón y Piedras Negras, en Coahuila. La última vez que un fenómeno astronómico de este tipo pudo ser visible en el cielo mexicano fue el 11 de julio de 1991, y el próximo será en 28 años, es decir, en 2052.
Los eclipses, antes venerados o temidos, se han convertido en la actualidad en un espectáculo de masas. Un espectáculo cósmico en que la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol. Aunque la Luna es 400 veces más pequeña que el Sol, está 400 veces más cerca, así que la superposición de ambos es casi perfecta. Este lunes, el satélite ha tapado los rayos de luz del astro, proyectando una sombra que ha cruzado en diagonal toda Norteamérica, desde Mazatlán (México) hasta Terranova (Canadá). En Little Rock (Arkansas, Estados Unidos), un punto intermedio en la senda del eclipse total, miles de personas se han reunido para ver apagarse y encender al Sol de forma mágica.
La sombra del eclipse captada sobre México
El Servicio Meteorológico Nacional de México ha compartido la sombra que ha proyectado el eclipse sobre México. La dependencia federal, que depende de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), ha enviado las imágenes en movimiento captadas por un satélite. La Luna ha tapado por completo el Sol en Mazatlán (Sinaloa) a las 11.07, hora local. A partir de ese momento, el eclipse ha seguido recorriendo Norteamérica, donde ha atravesado México, Estados Unidos y Canadá.
El eclipse solar total ya ha atravesado México, EE UU y parte de Canadá
El eclipse solar ya ha atravesado México, EE UU y una parte de Canadá, donde ha sido total en Montreal a las 15.26 (las 21.26, hora peninsular española). En ese momento la Luna se ha alineado entre la Tierra y el Sol, tapando el disco solar y provocando una oscuridad similar a la nocturna.
El presidente de México observa el eclipse solar en Mazatlán
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha vivido el eclipse solar total desde Mazatlán (Sinaloa). Este lunes, el mandatario ha trasladado su conferencia matutina a la localidad costera y después de su intervención ha visto el fenómeno astronómico con la titular del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, María Elena Álvarez-Buylla, y otros científicos. “Es un privilegio vivir para contarlo”, ha dicho el presidente, que compartió en redes sociales unas imágenes observando el eclipse con las gafas protectoras.
“En Mazatlán, Sinaloa, observamos el eclipse solar total, un fenómeno astronómico único. Gracias a las científicas y expertas del Conahcyt por la clase de ciencia que están impartiendo al pueblo en la conferencia mañanera/matutina”, ha escrito en su cuenta de X.
“¡Viva México!”: cuatro minutos y 10 segundos como una final de un partido de fútbol
Los cuatro minutos y 10 segundos del eclipse total en Torreón (Coahuila) se vivieron con la emoción de una de esas finales de fútbol que marcan época: entre vítores, aplausos, lágrimas de alegría y una emoción que se iba sintiendo en el ambiente conforme la luna ocultaba el disco solar. “La astronomía es una ciencia de paciencia”, advierte Christian Terán, el coordinador de la olimpiada de astronomía de Colombia mientras hace la cuenta atrás. “¡Viva México!”, suelta cuando faltan tres minutos para que se haga de noche a pleno mediodía. “Los cielos no tienen fronteras”, asegura este joven que recorre el mundo persiguiendo eclipses.
Conforme avanzaba la mañana, los cientos de visitantes y astrónomos que han llegado al Planetario, en el Bosque Urbano de Torreón, aplaudían cada vez que se iban las nubes y permitían ver mejor el eclipse. Aunque la NASA eligió este lugar para retransmitirlo al mundo por estar en el punto medio de su trayectoria y por su buena visibilidad, esta ciudad de clima desértico ha amanecido esta mañana nublada lo que, por momentos, ha dificultado la visión del fenómeno.
“Listo muchachos, está oscureciendo”, dice Victor Hugo Cabrera, el director del planetario de Puebla que ha venido hasta Torreón con toda su familia. “Es hermoso, mira eso”, dice señalando los planetas en el cielo mientras sus hijas graban un video que comparten con su grupo de Scouts. “Ha merecido la pena cada minuto que hemos esperado”, dice una de las niñas. “Desde nuestro horizonte, se veía el planeta Saturno, no logré ver Venus, tampoco logré ver Júpiter. Mercurio estaba muy cerca del Sol, tampoco se veía por las nubes, pero sí estaban todos los planetas y después de 60 ciclos solares, logré ver lo mismo”, enumera Cabrera, un científico que se enamoró de los eclipses en el último de sol total que se pudo ver en México antes de este, en 1991. “Vivir un eclipse es una experiencia única”, dice aún con lágrimas de emoción en los ojos.
elpais.com