Por JUAN T H
Sus restos no descansaran en paz mientras siga en la fosa del olvido.
Su cuerpo, convertido en polvo,
Polvo es en la memoria del pueblo por el que lo dio todo,
Incluso la vida.
Hoy no es más que un recuerdo lejano.
Su ideario, se perdió en la bruma del tiempo,
Su fe, su esperanza, su bandera, su himno, su escudo,
han quedado sepultados en el Orinoco.
Todo se esfumó, polvo del polvo, cenizas que el viento de la historia se llevó.
Nada queda ya del patricio,
de su ejemplo patriótico y revolucionario
de aquel paradigma que encendió la llama de la libertad de su pueblo,
del que “hizo teatro para hacer política”,
“no política para hacer teatro”,
Hizo política para hacer patria,
no para mentir y engañar a su gente.
Juan Pablo Duarte el que amo la Patria como nadie jamás,
el que dijo “vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor”,
Como vivimos hoy: Sin patria y sin honor.
El iluso que dijo, solemnemente que la “isla sería independiente de toda potencia extranjera o se hundiría”.
No se ha hundido a pesar de haber sido colonizada desde que nació la República.
no se hunde, ni se hundirá.
Nos hemos acostumbrado a ser colonia.
Duarte que murió en Venezuela, traicionado y olvidado.
Duarte, enterrado en el Panteón Nacional,
sigue en el exilado donde excomulgado por los anexionistas históricos.
Duarte, un general sin estrellas más que en la frente.
Un general desterrado, sin tropas morales que defiendan su legado,
Su ejemplo, su honestidad y su transparencia.
Duarte el olvidado hasta por quienes dicen defender su memoria.
Olvidado hasta por los gobiernos que lo recuerda para hacer política,
cuando debería recordarlo y venéralo todos los días,
Duarte hizo patria todos los días y todos los años de su vida.
Haber olvidado al padre de la patria ha sido el mayor sacrilegio de la historia del pueblo dominicano.
Duarte fue presentado como un cristo, para que ningún otro dominicano pudiera ser como el, tener su ADN patriótico y revolucionario.
Duarte, exilado en el Panteón Nacional.
Duarte, el que forjó la Patria, dijo; “Nunca fue me tan necesario como hoy, tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin corazón y sin juicio, atentan contra la salud Patria”.
Frase lapidaria.
En su exilio sepulcral del Panteón Nacional,
Darte no es más que una pieza de museo donde los políticos,
Acuden al Parque Independencia, con lentes oscuros y sus trajes blancos
Para depositan ofrendas y que su prensa los resalte en los diarios y en la televisión.
Duarte sigue, junto a su ideario patriótico, confinado en su exilio.
Esperando que algún día el pueblo dominicano lo rescate.

