Como una de las mayores estafas de la historia fue calificada la supuesta acción de dos hombres, quienes habrían estafado a varios de los artistas latinos más populares de la actualidad. De acuerdo a una información de la revista Billboard, los dos hombres de Phoenix perpetraron el hecho cobrando hasta 23 millones de dólares por los royalties de sus canciones.
Entre los afectados están Prince Royce, Daddy Yankee, Anuel AA y Don Omar. También Julio Iglesias.
Los implicados son José “Chenel” Medina Terán, un productor musical que empezó a llamar la atención al pasar de clase media a portar un Lamborghini. Y por otro lado, Webster “Yenddi” Batista Fernández, quien era un artista local de bachata y director de videos musicales que también pasó a tener su propio Lamborghini y numerosas joyas.
Fue en noviembre de 2021, cuando se descubrió todo, se supo la fuente de la nueva riqueza de los dos hombres: “según las autoridades, Terán y Batista habían estado ejecutando lo que ahora es una de las estafas de regalías musicales más grandes, si no la más grande, conocida en YouTube en la historia”, cuenta el medio La Sexta de España.
Además, la estafa fue investigada por el ‘IRS’ (Internal Revenue Service, por sus siglas en inglés), ambos han sido acusados de 30 delitos de conspiración, fraude electrónico, lavado de dinero y robo de identidad agravado.
También se descubrió que Terán y Batista crearon una compañía a la que llamaron MediaMuv para desviar 23 millones de dólares en royalties por derechos de autor de música latina que no controlaban. Decían poseer más de 50.000 derechos de autor de canciones y composiciones de estos cantantes latinos, pero este procedimiento lo hicieron por cuatro años.
A través de la empresa de gestión de derechos AdRev, propiedad de Downton Music Holdings, quien tiene acceso externo al CMS de Youtube y las herramientas de identificación de contenido se reclamaron los royalties. Ayudando a los artistas a administrar sus derechos de autor digitales.
Por su parte Terán no ha aceptado los cargos y se declara inocente, mientras Batista ha aceptado un acuerdo de culpabilidad, admitiendo un cargo por delito de fraude electrónico y otro por conspiración.