Por Carlos R. Fondeur Moronta
De repente entramos a la era digital de la televisión, donde abundan las conexiones de la internet, los videos por YouTube. Todos somos actores, locutores, guionistas,
camarógrafos, sonidistas…un caos. Los periódicos publicaban una página sobre cine: La Cartelera era el itinerario de actividad de las salas. Los comentaristas de nos la lucíamos con los análisis de las sinopsis de las mejores películas. Los publicistas apreciaban la página de cine y televisión. Era una era en continuo progreso.
Las freshener iluminaban incansables y el sudor de los artistas en escena solía correr por las espaldas. Los años 80 marcaron un avance sostenible en todas sus direcciones. Las escuelas de arte en la República Dominicana abundaban en todas las provincias, hasta las más remotas. Recibir la revista especializada International Broadcasting en mi casilla del correo me producía una inmensa alegría. Ahora la vemos en forma de videoteca por YouTube. Creí que la decadencia de la televisión traería un boom del cine, pero no ocurrió así. Pudo haberse aprovechado la tecnología de los grandes canales de la televisión dominicana, como la iluminación, las cámaras HDC multifuncionales, las decoraciones de piso y todo ese especializado personal, para la producción de telenovelas y películas de cine para difundirse por canales convertidos al internet.
Nos está ganando la batalla, la profesionalización de la comunicación tecnológica el morbo social, la resuelta disposición del dinero que se obtiene fácil, la improvisación, la falta de interés por lo profesional y educativo.
Muchos de esos equipos técnicos se encuentran archivados como presumiendo formar parte de un museo del antiguo sistema de comunicación de radio, televisión y cine, que no supo o no pudo renovarse. El periodismo ha muerto. No solo el famoso chele del legendario Lipe Collado. El redactor de noticias no existe. El periodismo científico, menos. Quienes aún logran mantenerse de pie, como héroes de guerra, son los periodistas que mantienen con sus hinchadas papilas algunos medios escritos, antes en formato estándar, hoy en tabloide. El próximo formato sería la de media cuartilla.
Propongo, que se reúnan los directores de televisión, los productores de cine, televisión y directores de emisoras de radio, para crear un taller permanente sobre el pasado, presente y futuro de los medios de comunicación de masas del país, y, en comunión con el empresariado emprendedor en la materia, planificar la creación de una base técnico-profesional que procure volver a ocupar el sitial que la sociedad le ha deparado en las distintas épocas, desde la legendaria Radio Guarachita, nuestros guionistas, locutores, maquillistas, iluminadores, tramoyistas, músicos, camarógrafos, periodistas, actores y demás partes del inmenso elenco de artistas en su respectiva área, que nos brindaron otrora lo mejor de sus oficios. AMUCABA HA MUERTO.
No es que quiera pecar de romántico. De querer retrotraer los acontecimientos, pero no veo, de manera personal lo creo, que haya razón alguna de participar en una implosión del espectro artístico de los medios de comunicación masiva, sobre todo porque hemos abandonado al empresariado, a la masa emprendedora natal, como antes lo fueron Agliberto Meléndez, director y guionista y su icónica película Un Pasaje de Ida, Franklin Domínguez y su dirección en la película La Silla, protagonizada por Camilo Agustín Antonio Carrau, .José Luis Sáez, aquel español al que conocí en el área de influencia de la UASD, crítico, guionista, conocedor al dedillo del acontecer cinematográfico dominicano.
No sin dejar de mencionar a Víctor Checo y Alcides Asenjo, Giovanny Cruz, Elvira Taveras, José Núñez (el actor que camina como Charles Chaplin, Esther Suarez, entre otros. Una pléyade de actores y coordinadores, como Vinicio Pons, iluminador por excelencia, seguido de los grandes comentaristas y críticos de cine como Armando Almánzar, Manuel Reyna, quien dejó el cine por la ingeniería, José Luis Sáez, Carlos Francisco Elías, Juan La Mar (a quien sustituí en el periódico El Día como Editor de Cine), Félix Manuel Lora, yo, Carlos R. Fondeur Moronta ( El Día, Radio Quisqueyana, Sección Que Pasa, periódico El Nacional) entre otros.
No creo que sea cosa de romanticismos, pero los dominicanos nos merecemos emular a los grandes. Debemos reunirnos para analizar el pasado, repito, revisar el presente y agendar para el porvenir.