Miguel Cruz Tejada
Nueva York.- La DEA y detectives del Ministerio Público, arrestaron a varios dominicanos que lideraban una banda que traficó 23 mil pastillas de Oxicodona, un medicamento controlado que se mezcla con drogas, y cuyo valor callejero es estimado en $2 millones de dólares, dijeron las autoridades en un comunicado.
Los arrestados son Elba Sánchez, Wilkins Almonte, Michael Sánchez y / o Richard de Peña Rodríguez, Esteban Almonte, Dora Sarita Durán, Jeffrey Tavárez, Yamzi Aquino, Raúl Morales, Luis de Jesús, entre otros.
Los principales acusados formaban parte de un grupo de 28 sospechosos que también fueron detenidos en el opertativo.
Los fiscales dijeron que los Almonte son hermanos y trabajaban como barberos para clientes de clase alta.
Wilkins utilizó varias otras fuentes en el condado de El Bronx, obteniendo la Oxicodona de Durán, Tavárez, Aquino, Morales, de Jesús y varios otros.
Los hermanos Almonte tenían múltiples clientes en El Bronx, pero sus clientes más importantes eran Joel y Jovany Lopez.
Los 28 miembros de la banda consiguieron $2 millones de dólares en el mercado callejero.
Las autoridades añaden que más de dos docenas de vendedores de pastillas prolíficos fueron imputados en dos acusaciones de conspiración, venta criminal de una sustancia controlada y cargos relacionados, según anunció la Fiscal General del Estado de Nueva York Letitia James.
La funcionaria dijo en una conferencia de prensa en sus oficinas que los acusados vendieron decenas de miles de pastillas de Oxicodona con receta a un sinnúmero de clientes cada día.
En conversaciones telefónicas grabadas, los conspiradores utilizaban con frecuencia palabras en códigos y la terminología encriptada en un intento de disimular el tráfico ilícito de narcóticos, añadió la fiscal.
A una de las pastillas la denominaron “Fútbol” y a otras las bautizaron con nombres raros.
Los cargos fueron presentados en la Corte Suprema Estatal de El Bronx contra la banda, que era encabezada por Wilkins Almonte, un vendedor de píldoras de ese condado, que las recibía de Elba Sánchez, que era la suplidora principal.
Almonte supuestamente estableció una red de distribuidores en Brooklyn, Connecticut y El Bronx, donde su hermano Esteban dirigía las transacciones.
El costo de las pastillas aumentaba en la medida que llegaban a las manos de revendedores callejeros.
Una píldora cuyo precio comenzaba originalmente en $10 se vendía hasta por $30 en la calle después de cambiar de manos de un distribuidor a otro, explicó la fiscal James.
Los investigadores identificaron a la venta de las 23.000 pastillas durante la investigación de diez meses, por los $2 millones en valor en la calle.
De ser hallados culpables, los acusados podrían ser condenados hasta a 9 años en la cárcel.
La señora Sánchez compró recetas para adquirir grandes cantidades de Oxicodona a más de una docena de fuentes en y alrededor del condado de Brooklyn, y luego vendió las pastillas a Wilkins Almonte, de acuerdo al informe de las autoridades.
Los hermanos Almonte también revendían las pastillas a clientes en la ciudad de Waterbury en Connecticut.