En pocos días, la República Dominicana estará abocada a escoger los funcionarios que dirigirán el Estado para los próximos cuatro años. En ese certamen electoral, los líderes del Partido de la Liberación Dominicana y la Fuerza del Pueblo, Danilo Medina Sánchez y Leonel Fernández Reyna, están llamados a desempeñar un rol histórico, ventajoso y trascendental, a partir de una idónea y certera articulación política.
Desde luego, de la decisión conjunta de esos dos dirigentes dependerá el futuro inmediato y promisorio de la sociedad dominicana. Insisto, de su buen juicio y ponderación dependerá, en gran medida, de que el país continúe trillando la senda de la estabilidad económica, el sosiego y el camino definitivo que dejará en el pasado el atraso y el subdesarrollo que nos acogota.
En efecto, y en cierto modo, con ello evitaría que la República, en estos momentos de crisis profunda, caiga en manos inútiles e inexpertas. Así es, infortunadamente, que esto último es lo que se ve en el firmamento político criollo. Todavía más, este hecho podría contribuir a hondar más aún el estado de incertidumbre que vive nuestra tierra debido al virus que nos afecta. Por consiguiente, en caso de resultar positivo, lo que acabo de narrar, así estaríamos conduciendo la nave del Estado hacia un vacío, un retroceso político y económico de consecuencias inaceptables e imperdonables. Incluso, la historia lo registrará y lo rastreará como culpables de esa potencial debacle y hecatombe económica a los dos antedichos ciudadanos.
En ese sentido, los dominicanos no le perdonaríamos al Presidente Danilo Medina y al ex gobernante Leonel Fernández, que por sus diferencias, agravios y ofensas personales allanen y nivelen el camino que transfiere inexorablemente, como decía el artista de Navarrete, “la Silla de Alfileres” a figuras políticas y aves de mal agüero y de triste recordación en el manejo de la cosa pública. La razón del hecho es que no debemos olvidar la historia reciente. Porque lo que se avizora es que quienes pretenden agarrar y enganchar el toro por los cuernos son los mismos de ayer. En cambio, y antes bien, con nueva etiqueta y envase. Pero, como dice un viejo aforismo popular, te conozco bacalao aunque venga disfrazado y disimulado.
Así que, ambos deben entender que estos denuestos pueriles no deben constituir la plataforma que encaminen al país al colapso y al desmayo en brazos de gente que viene, diplomáticamente, con aureola de novicia, pero que pasó por la administración pública y lo único que recordamos es el desastre económico y las calamidades que sufrió el pueblo en sus últimos 4 años que gobernaron.
La población no les perdonaría a Danilo Medina y a Leonel Fernández que el país retroceda a un pasado tétrico y de dificultades económicas, por fortuna, ya superado en las ejecutorias de los gobiernos del PLD. Por eso, el sosiego y la placidez de que disfrutamos en los 20 años de gerencia peledeista deben continuar ininterrumpidamente. Más bien deseo decir, visualizar un híbrido para impedir que las dos embarcaciones conocidas con las siglas PLD-FP naufraguen en un mar tortuoso y con fuerte marejada. Pues, estamos a tiempo de escoger un capitán que lleve el buque a puerto seguro. De esa manera, los pasajeros que vienen desde lejos haciendo la travesía puedan continuar la ruta sin tropiezo ni caída lamentable con un nuevo oficial. Esto será posible, en la medida de que nos despojemos de malos ultrajes.
Así pues, que imploramos que la tozudez y obstinación no aderecen el camino que facilitará abrir las puertas de par en par de la casa de gobierno a un futuro incierto e inseguro que jamás desearían vivir los dominicanos.
Aún más, albergamos la esperanza de que como políticos astutos y sagaces deben entender que esa obnubilación y ceguera personal lo está impulsando y excitando a mantener una postura hasta ahora errónea e inexacta y que podría estimarse como un mal de diferencia ingenua entre dos veteranos y experimentados hombres de Estado. Hasta cierto punto, esa actitud de terquedad y alejamiento, replico, podría afectar sensiblemente el poder político y el futuro del país. Y, naturalmente, así lo sentenció, Fernando de Rojas, en La Celestina, “sepa que perder la buena vida es más trabajo que la misma muerte”. Y la buena vida que el PLD ha garantizado a los dominicanos hay que mantenerla para satisfacción de todos.
En consecuencia, ellos que han dedicado su vida a servir al país para que la existencia de los dominicanos sea más llevadera y digerible. Deben estimar oportuno que uno y otro hijo legítimo del PLD debe analizar de manera profunda y concienzuda, sin pasiones desbordantes negativas, el presente y el futuro político de nuestro terruño. A propósito de lo dicho, ya, desde la grada, el pueblo está observando el rol que la historia les tiene reservada. Pues bien, como no son miopes, deben mirar a mayor distancia como el águila.
Así es, que en esa cita con la historia ambos líderes no deben exhibir una conducta que dé señales de que sus intereses particulares están por encima del supremo interés general de la patria. Todo lo contrario. Y más aún, en esta circunstancia de crisis económica, angustia y ansiedad por la que se encauza la nación como consecuencia de la epidemia. En ese sentido, deben ponerse a la orden del país sin miramiento espinoso ni objeción alguna. En ese encuentro sólo deben mirar el interés colectivo.
Los dominicanos que conocen la capacidad de sacrificio y abnegación que los dos han experimentado en su vida en beneficio del país. Por ello, están confiados en los liderazgos inigualables y extraordinarios que poseen los dos militantes por décadas del Partido de la Bandera Morada y la Estrella Amarilla para que en esta ocasión los pongan a favor del bien común.
Aunque ahora están arropados con sábanas de distintos colores. Pero, independientemente de esa dificultad pasajera, es imprescindible contar con su experiencia y capacidad para que el país salga satisfactoriamente de la pandemia que azota y hostiga el planeta.
Por eso, espero que piensen primero, como siempre, en la tierra que lo vio nacer, y luego en la epidemia que dejará secuelas económicas traumáticas y dolorosas para los sectores paupérrimos de la sociedad. Por lo cual, para enfrentar con energía esa situación, se necesita en el futuro inmediato un Presidente experimentado y ejercitado en asuntos de Estado.
En ese contexto, es oportuno pensar en uno de los dos bateadores designados con que cuentan los dos equipos. Pues, ambos tienen buenos porcentajes de bateo. La estadística en béisbol revela que el doctor Leonel Fernández dio tres hits en igual turnos al bate, para un avg de 1000. También, Medina Sánchez, en la actual temporada dio dos hits en dos veces al bate. Estos dos jugadores se encaminan a ser elegible al título de bateo. Siguiendo la ráfaga de bateo de Ty Cobb, quien es el jugador con más títulos de bateo de todos los tiempos en la Liga Americana. El pueblo, difícilmente, se incline por un bateador que tiene cero hits en un turno al bate. Y, finalmente, menos un cuarto bateador que viene del banco.
Cabe añadir, que la confianza de los dominicanos en el PLD al depositar sus votos masivamente a su favor, de manera renovada, se debió a ese buen average (avg). Y no a capricho ni a deseo huero ni a oferta vana enquistada e incrustada en el cerebro de los ciudadanos. Sino que ese respaldo sin reservas obedeció exactamente a los hits de la certera política económica que establecieron los ex Jefes del Estado. Eso explica, por sí solo, la alta valoración y estimación que conserva la población de los gobiernos que han sido presididos por los beisbolistas morados. Pongamos por ejemplo y hagamos una comparación del primer gobierno que administró, el doctor Leonel Fernández, y el que le sucedió en el mando.
Por supuesto, el doctor Leonel Fernández, logró un hecho de trascendencia internacional en términos de política económica. Pues, la misma creció en 6.8 %. Otros indicadores revelan que la inflación se mantuvo en un digito 5.9 % igualmente, la tasa de cambio se mantuvo estable de 16.4 x 1.
Igualmente, la actividad económica entre 1999 y 2000, en lo que concierne producto interno bruto (PIB) creció en 10.9 %. Además, los datos que manejamos señalan que la tasa de interés promedio de la banca comercial descendió de 24.2 % en septiembre de 1996, a 18,9 % en diciembre de 1998.
Estas circunstancias económicas incentivaron la cartera de préstamos de los bancos comerciales. Todavía más, las reservas internacionales alcanzaron un incremento de $ 200.9 millones de dólares en el nivel de reservas brutas y de $ 268.9 millones de dólares en las netas, en el período 1996-1998.
También, en lo que se refiere a la política del primer gobierno peledeista, el ingeniero y economista Ramón Núñez Ramírez, conviene con lo anterior narrado, y en su publicación del 17 de junio de 2011, en acento.com, explica que “el gobierno de Hipólito Mejía recibió una economía que creció en el PLD a una tasa promedio de 6.8 %, con una inflación promedio anual de 7.41 y recibe en agosto una economía con inflación de apenas 3.07 y creciendo al mes de junio a una tasa de 10.8 %”.
Por el contrario, el economista Núñez Ramírez se lamentó de que “ese gobierno que heredó una economía vigorosa y estable no fue capaz de mantenerla en el 2001 y el crecimiento fue de apenas 1.8% y se recuperó en el 2002 con 5.6 % (gracias a los bonos soberanos) el tipo de cambio de 16.4×1 en agosto del 2000, superó el 21×1 a diciembre del 2002 y la inflación en 10.5%, mientras la tasa de desempleo aumentó de 13.9% en el 2000 a 16.1% en el 2002.”
Por otra parte, el economista José Herrera hace una relación de la inflación en el gobierno de Mejía Domínguez (2001-2004). Pues, el desorden y desajuste de los precios es como sigue:” en el 2001 de 4.38 %, en el año 2002 de 10.51%, en el 2003 de un astronómico 42.66% y finalmente de 28.74% en el año 2004, para una media de 21.6 %, además, en agosto del año 2000 la prime del dólar era de 16.80 y para el 2004 se incrementó a 58.10 pesos, es decir, un aumento de 346%.” Exactamente, esa elevación constante de los precios afectó toda la economía. Sobre todo, a los productos con mayor intensidad.
Desde el principio, reitero, el gobierno que presidió Mejía Domínguez implementó una política económica que laceró y lesionó, sensiblemente, la calidad de vida de los dominicanos. Hasta el extremo que el economista Miguel Ceara Hatton escribió en un artículo publicado el 15 de agosto de 20116 en Acento. Com., que” el siglo XXI empezó en la República Dominicana con una grave crisis financiera en el 2003-2004.”
Ceara Hatton, explicó y es importante recordar que el origen de la crisis económica fue el resultado de un fraude bancario. Y afirmó que “La crisis financiera fue el resultado de un fraude bancario (Baninter). El Baninter captaba depósitos del público y luego lo transfería a un banco virtual (no regulado) que tenía pasivos, pero con activos dudosos o inexistentes. Para crear la arquitectura financiera del fraude se necesitaron varios años e iba a explotar en cualquier momento, pues el pago de intereses de los certificados y depósitos se hacía cada vez más con nuevos depósitos. De forma que el banco formal tenía actividad por RD$25 mil millones y el banco virtual por RD$55 mil millones (más de 2 veces el banco formal)”.
El profesional de la economía señala en el artículo antes mencionado que” el resultado de esa crisis financiera fue el deterioro de las condiciones materiales de existencia de los dominicanos. Destaca que los niveles de pobreza monetaria alcanzaron casi a la mitad de la población. Además, que en el 2001 y 2004 se produjo una gran inflación, el nivel de precios se duplicó. Al mismo tiempo, una fuerte devaluación y el desempleo alcanzó un máximo de 18.4% en el 2004, lo que acarreo que 724 mil personas pasaran a ser desempleadas. Y el PIB real percapita cayó en -2.5 %.”
El afamado economista describió en su artículo que al estallar la crisis de Baninter había tres posibilidades,” las tres de grandes impactos sociales por la magnitud del fraude, a saber: una pérdida del 20 % PIB en un año. Dejar que el mercado ajustará al sistema financiero. El riego era la quiebra del sector, con la perdida de todo el ahorro y el patrimonio líquido de la población o hacer un corralito como en la Argentina (diciembre de 2001), reteniendo los depósitos y cambiándolo por instrumentos de más largo plazo.
En todo caso, al conocer estas informaciones de estudios económicos divulgados por economistas honorables y de muchas valías, tenemos, necesariamente, que concluir que la razón que obligó al pueblo a bautizar los supermercados como” La Casa del Terror”, fue precisamente por la desastrosa y catastrófica política económica que ejecutó el régimen que encabezó el técnico agrícola cuando fue inquilino de la Casa Presidencial.
Pero, tampoco, según los datos económicos que nos entregó el economista José Herrera, ¿la gestión de Mejía Domínguez puede igualarse a la política económica del gobierno de Danilo Medina? Pues bien, la política económica del presidente en términos inflación ha tenido el siguiente comportamiento,” 3% en el año 2013, 2.97 % en el año 2014 y en 2015 solo 2.5%, lo que significa una media de 2.97 “. En cierto modo, hemos visto los resultados económicos de los gobiernos del PLD. De modo semejante, no hay forma de compararlo con la ruina económica de Hipólito Mejía, (2000-2004).
Otras informaciones que nos entrega el Banco Central es que la inflación en el mes de febrero de este año fue de -0.13 %, luego de haber registrado un 0.33 % en enero. Y también la posición fuerte de reservas internacionales netas en un nivel ascendente a US$ 9,7oo millones de dólares, de los cuales el Banco Central cuenta con reservas propias por US$ 8,140 millones de dólares al excluir los depósitos del Gobierno.
Dicho esto, es importante que el pueblo tenga cuidado al escoger sus próximas autoridades en las elecciones venideras. Ahora más que nunca se hace necesario que el siguiente Jefe del Estado sea una persona con la cabeza bien puesta, no solo con el pensamiento frío. Así pues, no debemos inventar con gente que no tenga los sesos bien templado y claro.
Al respecto, es saludable que tengamos pendientes los pronósticos de las Perspectivas Económicas Mundial que hace el Fondo Monetario Internacional debido a la pandemia del COVID-19. El organismo estima que la región de América Latina y el Caribe se contraerá un 5.2 %. Y que la tasa de desempleo subirá del 6.1 % registrado en 2019 hasta 9 % para este año. Asimismo, el Producto Interno Bruto per cápita registrará una caída de -1.9 % en 2020.
En lo que atañe a la inflación el FMI calcula que los precios en los mercados de nuestro país subirán un 3.5 % este año, después de la presión inflacionaria de 1.8 % en el año 2019. Aún más, tomando en consideración el historial económico de las dos décadas pasadas y la advertencia del FMI, yo me pregunto ¿puede caer el país en manos de un alcaide pedáneo en esta circunstancia de previsible crisis económica?
Por tanto, es importante la referida cita con la historia de esos dos conductores de masas. Porque, estamos conscientes que de ahí saldrá un auténtico candidato, no un minúsculo de candidatico como los dos que encabezan las encuestas con algo más de un pírrico 30 por ciento del electorado.
Hemos reflexionados y estamos consciente de que ninguno de los dos llegará al 50+1. Más fácil puede un humano tentar la luna con las manos que llegar a ese porcentaje los dos aspirantes que corre tras la Presidencia de la República. En todo caso, no tienen el arrojo y el conocimiento para lidiar y aliviar la crisis inminente e inaplazable que prevé el FMI y que abrigará al país dentro de breve tiempo. Pues, no hay la capacidad para blindar y proteger la economía como en épocas anteriores.
A fin de cuentas, lo que aspiramos es que la economía sea protegida para que los pronósticos nocivos y desfavorables que hace el FMI sean menos gravosos y fastidiosos para los sectores más empobrecidos del pueblo. E, incluso, que la economía dominicana no zozobre en manos ineptas e incompetentes como ocurrió en el pasado. Jamás, anhelamos que se repita la historia de ese triste y lúgubre período (2000-2004). Dios nos libre. Como dicen los cristianos.
Está claro, a propósito de la cita histórica de los dos discípulos más aprovechado del profesor Juan Bosch. El gran cuentista, novelista y ensayista dominicano nacido en la comunidad de Rio Verde, la Vega; quien dejó despejado el concepto y les advierte” EN POLITICA SIEMPRE HAY QUE SABER CÚAL ES EL PRÓXIMO PASO.” Asimismo, lo predijo el admirado escritor, Fernando de Rojas, en su libro que trata sobre la tragicomedia de Carlisto y Melibea en su clásica obra La Celestina, “por esto se dice que los muertos abren los ojos de los que viven, a unos con haciendas, a otros con libertad, como a ti”.
Presidente Danilo Medina, lo pongo en antelación, si fuera posible culminar el último cuatrenio dejando el poder en las manos de un auténtico y victorioso peledeista; eso constituiría un éxito extraordinario para el país. Esto lo glorificará y terminará lleno de un viento de lisonjas de las que saben hacer uso los correligionarios y aduladores que siempre tienen fino olfato. O por el contrario, como relató el famoso dramaturgo antes citado que usted terminará como “el primer oficio que en naciendo hacemos llorar”. Y también perseguido por los nuevos ocupantes del Palacio Nacional y vituperado por los partidarios que los acompañan en el Estado, no gustoso, se verán forzados a dejar las mieles del poder y le atribuirán, como es de costumbre buscar un culpable de la derrota, a usted el descalabro por el supuesto mal manejo estratégico político.
Licenciado Danilo Medina, aspiramos que cuando usted deje el cargo sea bien recibido, de manera perenne, con ramos de olivo por los nuevos incumbentes. Usted merece ese trato afable. Y tomando en cuenta la concepción de Max Weber, hay dos formas de hacer de la política una profesión.” O se vive para la política o se vive de la política”. En el caso del presidente, se ubica en el primer concepto. Y Convengo con el escritor alemán, el licenciado Medina, ha hecho de la política su vida en un sentido íntimo. Ha ejercido el poder y lo ha puesto al servicio de la patria. Nunca ha utilizado el gobierno como una fuente duradera de ingreso.
Pero, recuerde, que independientemente de este manejo decente y decoroso, lo que sentenció el sociólogo y economista alemán,” la política es lucha, la violencia es su medio especifico y la guerra su expresión más sublime”.
Por Tony Espinal