Sadam Suriel
Ante el discurso que pronunció el presidente de la República, Danilo Medina, en día de hoy, su decisión final se pudo captar y manifestar a través de una prisma correspondiente a la lingüística: la lexicalización.
El discurso de Medina no fue un discurso constitucional ni retórico, sino un discurso esporádico para evitar contracciones políticas, sociales y económicas, así como preservar la seguridad nacional acerca de la reelección o no del actual presidente.
En tal sentido, el discurso del primer mandatario tuvo una duración aproximadamente de 15 minutos, en donde deja estancadas sus posibilidades de regreso.
Pero Medina no fue tan explícito en su alocución, sino que manifestó su negación a través de una lexicalización en cual todos deducimos que “no vuelve”.
Lexicalización es una especialidad de la lengua que consiste en convertir un elemento complejo en unidad léxica que obtiene un valor semántico propio sin proceder al análisis.
Expresiones del tipo “sangre nueva; “al término de mi segundo mandato quiero salir tranquilo a las calles como un ciudadano más; por mi parte nunca dejaré de luchar por mi patria, ni dejará de escuchar al pueblo dominicano”. Es decir, son expresiones formantes que se pueden intercambiar por: abrir espacio al relevo generacional, no regresar, no modificar, no sobornar y, respetar la Constitución dominicana.
