La población se movilizó en varias ciudades del país para pedir una mejor calidad de vida. En algunas zonas hubo enfrentamientos con la policía
Unos 2.000 manifestantes salieron este lunes a las calles de la capital de Haití y otras ciudades, donde bloquearon carreteras y cerraron negocios, para exigir la dimisión del primer ministro Ariel Henry y pedir una mejor calidad de vida.
Periodistas de la agencia AP observaron a un hombre no identificado que asesinó a disparos a un manifestante en Puerto Príncipe antes de huir en un automóvil mientras la multitud se dispersaba temporalmente.
El manifestante Lionel Jean-Pierre, quien presenció el incidente, dijo que las cosas en Haití se han salido de control. “Las familias no saben qué hacer”, afirmó, mientras la multitud a su alrededor coreaba: “¡Si Ariel no se va, nos vamos a morir!”.
La violencia y los secuestros han aumentado en Puerto Príncipe y sus alrededores durante los últimos meses debido a las luchas territoriales de las pandillas, conflicto que ha dejado cientos de civiles muertos. Las pandillas se han vuelto más poderosas desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse el año pasado.
La pobreza también se ha profundizado, con una tasa de inflación que alcanza el 29% anual, mientras que los precios de algunos productos básicos, como el arroz, se han cuadruplicado con creces. La gasolina sigue siendo escasa y, cuando llega a estar disponible, cuesta 15 dólares por galón (3,95 dólares por litro).
“Necesito gasolina para trabajar”, se lamentaba Garry Larose, operador de un mototaxi, mientras marchaba. “Tengo una familia que alimentar, una escuela que pagar”.
Las protestas se producen días después de que decenas de manifestantes organizaron una sentada frente a la residencia oficial de Henry para exigir su renuncia.
La policía se enfrentó este lunes a los manifestantes en algunas zonas, disparando gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Los manifestantes quemaron neumáticos para bloquear algunos caminos.
Frente a esta situación, la ONU anunció el viernes pasado que sacará 5 millones de dólares de su fondo para emergencias y los donará a Haití con la intención de salvar la vida de decenas de miles de personas que están inmovilizadas debido a la situación de guerra urbana entre bandas criminales que operan en la capital.
Desde el pasado julio, cientos de personas han sido asesinadas en los enfrentamientos entre esas bandas, en particular Cité-Soleil, en el área metropolitana de Puerto Príncipe. A esto se suma la crítica situación humanitaria en el país, agravada hace un año por el terremoto que arrasó la región sur.
Unas 280.000 personas se encuentran gravemente afectadas por la violencia entre las bandas, que ha interrumpido su posibilidad de tener acceso a alimentos, agua y atención médica, explicó el portavoz de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU en Ginebra, Jens Laerke.
Entre 1 y 1,5 millones de personas viven en los barrios controlados por las bandas criminales.
La asignación de 5 millones de dólares permitirá aliviar la situación de unas 100.000 personas y la ONU espera que sea una señal de alarma sobre la situación en Haití y convenza a los donantes (países e instituciones) de ayudar a la población de este país, uno de los más pobres del mundo.
La ONU pidió 373 millones de dólares para atender las necesidades más urgentes de la población en Haití en 2022, pero sólo ha recibido una financiación equivalente al 14 por ciento.
(Con información de AP y EFE)