Una respuesta rápida y certera podría ser: gastando menos. Aunque hay formas más aceleradas
Diego Sosa
El cerebro humano no está programado para muchas operaciones. Si por ejemplo le ofrecen dos opciones: Una es, regalarle 1000 dólares cada día durante 30 días. La otra es darle 1 dólar el primer día y durante los siguientes 29 días duplicar la cantidad del día anterior (el segundo día serían 2 el tercero 4, etc.) hasta entregarle la suma final el último día.
¿Qué prefiere?: Tome la decisión ya, no tiene tiempo para calcular.
Imagino que he levantado un poco de sospechas, pero de todas formas es difícil que iniciando con 1 dólar supere los 30 000 de la primera oferta, piensan muchos. Si eligió la segunda le diré que salió ganando.
El humano se pasó millones de años programando y reprogramando un cerebro que tenía que cubrir necesidades básicas y de seguridad. No había mucha forma de reinvertir lo que se cazaba. Todo era para inmediato… “si no nos lo comemos se daña”. Mucho menos pensar que se podía multiplicar.
Aunque los que trabajan la agricultura saben que si se comen todo no habrá semillas para la próxima siembra. “Pero no se preocupe, amigo, le prestamos dinero y nos la compra”. Se terminó por ese lado la necesidad de guardar para multiplicar.
Las inversiones tienen una modalidad que se llama interés compuesto. Es uno de los trucos de la riqueza… de la verdadera creación de capital y fortuna. Pero está basada en la paciencia; en un mundo de impacientes y de personas que prefieren adelantar el futuro por si acaso no llegan a él.
Funciona de una manera muy sencilla, el interés que nos pagan no lo retiramos, sino que lo dejamos invertido para que gane más dinero. Lo que en mi libro Arco Iris Financiero defino como el gallinero… una gallina pone un huevo, si es hembra la alimentamos y la ponemos a sacar otro huevo, que se convertirá en gallina y pondrá huevos, y así al poco tiempo podré vender gallinas, pollos y huevos… sin tener que sacrificar mis gallinas ponedoras.
¿Ya sabe cuánto tendría el que eligió la opción 2 después de 30 días?
Tener capital no es lo mismo que obtener pertenencias que se devalúan. Algunos me preguntan que para qué tener capital si no lo puedo disfrutar. Prefieren tomar prestado y vivir la vida antes de haberse ganado el dinero que ella cuesta. Cuando reciben el próximo ingreso, le descuentan las cuotas del préstamo y les queda menos para vivir. Aunque siguen gastando como si no tuvieran la cuota.
En ese caso un interés compuesto inverso se encarga de nuestras finanzas. Comenzamos a pagar interés sobre interés.
Lo que más me preocupa de mi generación, la llamada X, la que bautizaron en sus inicios como la generación perdida, es que tenemos una expectativa de vida de más de 80 años, quizá 90 sea lo normal, trabajaremos hasta los 65, talvez, y la mayoría tiene deudas que rebasarán esa edad productiva. ¿De qué pretendemos vivir al retirarnos?
¿Sabe que si la inflación es de 6% el costo de la vida se duplica en apenas 12 años? O sea, necesitaremos el doble de ingresos para vivir relativamente igual.
1 dólar por día, duplicando su valor durante 30 días, entrega US$ 1 073 741 824.
FRASE DE LA SEMANA
“Si quiero tener más solo no me como ni vendo los huevos, multiplico mis gallinas”
Diego Sosa
Consultor, Conferencista y Escritor