El trágico final de Gilligan: la muerte de un delfín por asfixia con un pulpo gigante
El descubrimiento
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Un grupo de biólogos ha registrado el primer caso conocido de la muerte de un delfín por asfixia provocada por un pulpo gigante. El mamífero, apodado Gilligan, fue encontrado en una playa cerca de Perth (Australia) en agosto de 2015, con trozos de un pulpo maorí (‘Macroctopus maorum’) saliéndole de la boca. Fue llevado a un laboratorio donde se le practicó una autopsia cuyos resultados se publicaron en la revista Marine Mammal Science.
La sorpresa de los expertos
Nahiid Stephens, patóloga de la Universidad Murdoch de Perth y líder del estudio, se sorprendió por la muerte de Gilligan, especialmente por el perfecto estado en el que se encontraba el cuerpo. Durante la disección, los expertos descubrieron que el pulpo que se convirtió en la última cena de Gilligan pesaba 2 kilogramos y sus tentáculos medían 1,28 metros de longitud.
La causa de la muerte
Según Stephens, los delfines pueden desacoplar su epiglotis para tragar trozos de comida más grandes. Sin embargo, en este caso, es posible que el pulpo se aferrara a la laringe de Gilligan con un tentáculo, impidiendo que su aparato respiratorio se reacomodara y provocándole la muerte.
La explicación de los expertos
Kate Sprogis, de la Universidad de Murdoch, explica que los cetáceos suelen lanzar a los pulpos al aire para ablandarlos y facilitar su digestión. En este caso, el intento del delfín por engullirlo entero resultó mortal, ya que el pulpo se aferró a su laringe. “Obviamente no lo arrojó lo suficiente, y en tono arrogante, se lo tragó”, asegura Sprogis.