El dirigente político Henrique Capriles Radonski dijo este miércoles que no tiene «nada personal contra Guaidó, pero eso se acabó, está acabado, fundido, cerrado, listo», tras asegurar que «hoy no hay un líder, un liderazgo, nadie que sea un jefe» por lo que apuesta a que el año que viene tiene que venir una reconstrucción de la oposición.
Para Capriles, el desafío que Juan Guaidó planteó a Nicolás Maduro en enero de 2019 se terminó y recordó que el 5 de enero dejará de dirigir las riendas de la Asamblea Nacional (AN) para darle paso a la electa en el proceso electoral de este 6 de diciembre.
«Algunos hablan de unidad pero cuando fueron al 30 de abril no hubo unidad. La vez que más cerca hemos estado de conquistar el poder con votos ha sido en mi elección frente a Maduro (en 2013) y en la de la Asamblea Nacional (2015). Sin disposición para acabar con el statu quo, vamos a desaparecer como alternativa en este país», comentó en una entrevista concedida al periodista Daniel García Marco para la BBC.
Hay gente en Venezuela que se fanatizó con Trump hasta perder la racionalidad, como si fuera un dios, según Capriles, quien cuestionó que «el error más grande que se ha podido cometer fue haber puesto la solución a la crisis venezolana en manos de Trump».
«No hay que inventar figuras, sino salir a lograr un concierto de la comunidad internacional con Estados Unidos, Europa, el Vaticano, los países de América Latina. Tratar de alinear a toda la comunidad internacional para asumir la solución política sobre la base de un acuerdo que coloque las sanciones como instrumento para negociar una reinstitucionalización del país».
Asimismo dijo que los éxitos de las negociaciones se logran en procesos confidenciales y no «en los micrófonos o en la televisión» y advirtió que «mientras en Venezuela no se resuelva la crisis política, vendrán únicamente inversionistas aventureros».
«Cuba está mejor que Venezuela económicamente. No es viable. Pueden seguir resistiendo, sí. Pero yo creo que hay conciencia de que eso es frágil. Cada día se generan más condiciones para que alguien venga un día y meta un golpe».