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Por Luis Céspedes Peña

Independientemente a lo que nuestros lectores puedan pensar, creemos que el Presidente Luis Abinader es bien intencionado, en lo que respecta al accionar para el país, pero mal acompañado, lo que tendrá un costo político para sus aspiraciones reeleccionistas. 

Los estrategas del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que se adelantaron al lanzar nuevamente al jefe de Estado como su candidato presidencial, porque lo que hicieron fue poner en manos de la oposición una bandeja para que escoja lo que más le conviene. Y lo que más le conviene a la oposición, es tener ya el objetivo  para atacar.

Es muy difícil lograr buenos objetivos para el país con tanta presión interna, como la que tiene el jefe de Estado, con cada sector de su gobierno luchando para defender sus propios intereses. Se está exportando menos artículos agropecuarios, porque hay menos, razón por la cual llegan menos dólares, pero se está  importando más que antes, lo que presiona al gobierno  y la canasta familiar.

Desde ya comenzarán los movimientos para las protestas que llegarán hasta las elecciones del 2024. ¡Habrá protestas  hasta para exigirle al gobierno que tape un hoyo en cualquier calle! Es cierto que el PRM no tiene otras opciones como para ganar elecciones, pero la repostulación había que dejarla para cuando faltara un año, aunque  los perremeístas estuvieran haciendo el trabajo con esa finalidad.  

Es que el Presidente Abinader está luchando para convencer al país de que su gobierno no tiene la intención de  privatizar a la termo-eléctrica Punta Catalina, que más del 98 por ciento de los dominicanos rechaza, por ser otro  despojo en perjuicio del Estado, aunque no será fácil de lograr el primer propósito. El problema está en que hay privatizadores en el propio Palacio Nacional, pero el Presidente Abinader sigue jugando al ajedrez político, consciente de que está en medio de la “tormenta”.

 Es cierto que el poder para privatizar lo tiene  el Congreso Nacional, pero ocurre que el PRM tiene mayoría de senadores y diputados, aunque en el segundo organismo no tiene el control total.

Lo que no entendemos es ¿para qué se creó por decreto la comisión de negocios, conocida como Fideicomiso? Se hizo con la intención de ponerle un precio a Punta Catalina, que es una empresa del Estado. ¡Pero es que el país también rechaza la privatización del Consejo Estatal del Azúcar (CEA) y las demás empresas del Estado! El gobierno del PRM ya disolvió al CEA, precisamente para entregarle a un sector del empresariado sus tierras y demás bienes, para luego los dominicanos comprar el azúcar más cara.

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El costo de la energía eléctrica, las medicinas, las viviendas y todos los artículos de consumo masivo, sigue en aumento. Todo eso conspira contra las aspiraciones reeleccionistas del Presidente Abinader. ¡Es que la mayoría de los sectores que apoyaron al Presidente en las elecciones pasadas, no están trabajando en el gobierno para el país, sino para recuperar sus inversiones!

Es probable que el Presidente Abinader desconozca que la privatización de empresas del Estado, que tuvo que hacer el entonces gobernante, Leonel Fernández, en su primer gobierno, que formó parte de la presión de los organismos multilaterales contra los pequeños y medianos regímenes, impulsada por desacreditada política neoliberal mundial, todavía está golpeando al ex líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en virtud de que esa acción es rechazada por la mayoría de ciudadanos.

El Presidente Abinader, que es un político moderado, tiene mucha presión de funcionarios o dirigentes del PRM, que son los que finalmente imponen las políticas del Estado, aunque algunas, como es el caso de los apresamientos de seguidores o ex partidarios de los ex jefes de Estado,  Danilo Medina y Leonel Fernández, no lo ayudará para concertar una electoral con uno de ellos. Los sometimientos judiciales, con pruebas o no, ya no son extractivos para la mayoría de dominicanos.

Lo único que le garantizaría una alianza al PRM sería que  apoye a Leonel y Danilo para la candidatura presidencial del 2024, lo que es casi imposible, aunque en política hay cosas que no están escritas.

Danilo no está preso porque no hay ningún motivo. Y lo mismo ocurre con Leonel. Pero ambos son víctimas del gobierno del PRM, los cuales finalmente se van a poner de acuerdo para sacar del poder a los perremeístas. Danilo tiene a varios de sus hermanos presos y otros seguidores, culpables o no de corrupción. Leonel no tiene hermanos presos, pero sí a varios  de sus antiguos funcionarios. Así el gobierno logró, en parte, desacreditar a ambos líderes, los cuales, presionados por sus seguidores, no tienen otra salida que unirse para triunfar. La unidad de éstos les sumaría al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), si éste no gana en primera vuelta, como también al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

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Las relaciones de Medina y el presidente del PRD, Miguel Vargas, son excelentes, y las de Leonel Fernández con el PRSC, son extraordinarias. Los leonelistas y los danilistas se cobijan con la sombra de un árbol llamado  profesor Juan Bosch, por lo que entre los militantes del PLD y la Fuerza del Pueblo, no hay ninguna diferencia de criterio político.

Después de haber pasado cinco años, nos damos cuenta que Leonel Fernández tenía razón, cuando estableció en la Constitución del 2010, que el Presidente sería elegido por un período y que si aspiraba a gobernar otra vez, tenía que esperar que pasara un intervalo. O sea, cuatro años para poder volver a aspirar.

Si la Constitución no se hubiese modificado en el 2015, para restablecer la reelección presidencial, el Presidente de hoy pudo haber sido Leonel Fernández y el posible candidato para el 2024 sería Danilo, que hoy está eliminado para aspirar a la Presidencia, a pesar de que su gobierno fue uno de los mejores de los últimos tiempos, especialmente en materia de producción agropecuaria e  industrial, lo que contribuyó con la estabilización de los precios de los productos, básicamente de los alimentos.

Hoy, el problema mayor que tiene el Presidente Abinader, es que cada semana aumentan los precios de algunos productos, especialmente de los alimentos, lo que mantiene a la población en rebeldía contra el gobierno del PRM, incluyendo a una gran cantidad de sus votantes.

El problema está en que la mayoría, o casi la totalidad de los funcionarios del gobierno, no pertenece a las áreas de producción de alimentos, sino a la construcción, las finanzas, bancas de apuestas, metales, plásticos, turismo y otros sectores, lo que tendrá un alto costo político para el Presidente de la República, quien ya es el candidato a la reelección. Se recuerda que en el gobierno de Medina había una gran cantidad de funcionarios vinculados a la agropecuaria, lo que dio buenos “frutos”.

¡Gracias por leernos!

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