La Alianza Dominicana Anti-Tabaquismo (ADAT) denunció que la industria tabacalera ha posicionado sus productos para los adultos que intentan dejar los cigarrillos tradicionales, esto lo hacen a pesar de que la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) no ha aprobado los cigarrillos electrónicos como ayuda para dejar de fumar. De manera muy mal intencionada, su novedad y capacidad de personalización han llevado sus productos a usuarios no fumadores y a adolescentes.
Según la declaración científica de la American Heart Association llamada “Consecuencias cardiopulmonares del vapeo en adolescentes”, la mayoría de los nuevos usuarios de productos de cigarrillos electrónicos nunca han fumado cigarrillos tradicionales; por lo tanto, comprender las consecuencias respiratorias y cardiovasculares del uso de cigarrillos electrónicos se ha convertido en un tema de creciente interés para la comunidad científica.
La mayoría de los estudios se han realizado en usuarios adultos de cigarrillos electrónicos, pero la mayoría de estos participantes del estudio son exfumadores tradicionales o fumadores que han usado cigarrillos electrónicos para dejar de fumar. Por lo tanto, las consecuencias respiratorias y cardiovasculares en esta población no son atribuibles solo al uso de cigarrillos electrónicos.
Se han utilizado estudios preclínicos para estudiar los efectos del uso ingenuo de cigarrillos electrónicos en varios sistemas de órganos; sin embargo, casi todos estos estudios han utilizado animales adultos, lo que hace que la traducción de los efectos sobre la salud a los adolescentes sea problemática.
Dado que la inhalación de cualquier sustancia extraña puede tener efectos en los sistemas respiratorio y cardiovascular, una comprensión más holística de las vías involucradas en la toxicidad podría ayudar a guiar a los investigadores hacia nuevas estrategias de tratamiento terapéutico.
Seamos claros, la industria tabaquera sigue siendo parte del problema de la epidemia del tabaco, de la adicción nicotínica: no se vislumbra que sean parte de la solución del mismo. La evidencia muestra que el control de esta epidemia no se basará en los nuevos productos de las tabaqueras, sino en incrementos de los impuestos, empaquetado neutro, prohibición absoluta de la publicidad, promoción y patrocinio, más espacios sin humo ni vapeo e incremento y de la ayuda sanitaria efectiva a los fumadores.
La Alianza Dominicana Antitabaquismo (ADAT) es una coalición de más de 40 instituciones, entre ellas sociedades médicas especializadas, ONGs y universidades, que han unido fuerzas para contribuir activamente con la reducción del consumo de tabaco en la República Dominicana e incluir el control del tabaquismo en la agenda de las instituciones que rigen o colaboran con la salud de los dominicanos.
