Reynaldo Peguero, [email protected]
La gestión de transparencia pública es central en la administración inteligente del Estado y sus diversos órganos de gobierno, para el desarrollo sostenible.
Plaga o epidemia es la aparición repentina de insectos o microorganismos que causan daños. Afectan salud humana, animal y propiedades. Su control implica, identificar especies y tipos. Envuelve en el caso de la corrupción de especializar su prevención y la persecución por diversos tipos de epidemias.
La corrupción es un «fetiche». Un proceso objetivo que tiene comportamiento, dinámica y vida propia. Que no puede ser controlado sólo por hombres y mujeres honestos. Un FETICHE está por encima de las voluntades y seriedades personales.
Describimos recientemente, tres fases históricas de la corrupción pública del 1930 al 2025. Del 1996-2025, asistimos a la fase de masificación partidaria de la corrupción. El desfalco, hurto, robo público, asociación de malhechores, conspiración financiera, soborno, malversación de fondos y tráfico de influencia culminan en un masivo enriquecimiento ilícito.
Valoremos los diversos tipos de corrupción, como siete plagas.
Estas son: i) La corrupción inmobiliaria, ii) el desfalco de obras públicas y su equipos tecnológicos: iii) la corrupción de especulación financiera al aprovechar ventas de bonos de la deuda, impuestos móviles como el de la gasolina y los combustibles; iv) la corrupción en los seguros prepagos de salud, pensiones, riesgos laborales y otros aseguramientos; v) corrupción de adquisición de bienes y servicios de distribución masiva en navidad, día de las madres hasta en la Semana Santa; vi) corrupción en el servicio exterior y diplomático para la consecución de proyectos de ventajas personales o cobro de comisiones en los servicios consulares y finalmente, vii) corrupción en el ejercicio politico electoral en colocación de publicidad, realización encuestas, fotos, logos y presencia en redes y medios;
Valoremos en detalle, la corrupción inmobiliaria esa que se gesta o aparece vinculada al «capital coranómico». De acuerdo a los criterios urbanísticos de Barcelona, proviene de la manipulación del suelo. De sus diversas rentas, propiedades y valores de uso. Se refiere a prácticas ilícitas en la construcción y los bienes raíces.
Históricamente, empresarios y funcionarios crearon un cártel inmobiliario, para apropiarse de la tierra.
Para aprobar construcciones irregulares, falsear títulos de propiedad, inversiones, evadir normas, beneficiarse ilícitamente o recibir capitales de comercializar sustancias ilícitas para la construcción. El daño al desarrollo urbano estratégico, se expresa por mala calidad de las edificaciones, ausencia de ordenamiento territorial, lenta permisología, sobreprecios y baja seguridad de inversión.
Por su parte, la expoliación en obras públicas y equipamiento, se divide en dos. La micro referida a los ayuntamientos y la macro corrupción en los diversos ministerios.
La primera se relaciona con 158 presupuestos de ayuntamientos y 235 juntas distritales. Este año 2025 el presupuesto municipal alcanzó 191 mil, 356 millones de pesos, de este monto, 40% se involucra en la construcción de obras. Se han reportado miles de casos de corrupción municipal.
En República Dominicana, la macro corrupción en obras públicas tiene más de 181 años de existencia. La misma edad de la nación.
Desde la construcción de vías, puentes, edificios, túneles y elevados; se recolectan en medios virtuales y archivos, miles de expedientes. Paralelamente, se incluye el equipamiento de centros de salud y escuelas. Otro grupo monopólico son los desfalcadores de equipos de salud y educación. Decenas de Rayos x, tomógrafos, tabletas y otros, han sido saqueados. En la otra seguimos.

