Franklin Rosa
La figura agigantada del presidente Nicolás Maduro, resiste cuando se moviliza por las calles de Caracas, junto al pueblo en unión Cívico- Militar, liderando una revolución armada que está dispuesta a resistir y defender la soberanía de Venezuela.
Se proclaman los hijos de Bolívar, de Fidel y Chávez; y son de la estirpe de Guaicaipuro que no se doblan ni se rajan, con la firme convicción de ser soldados de la patria.
El Imperio vuelve a recorrer en Venezuela los caminos andados contra Cuba y Fidel. Durante 63 años de agresión de la CIA, sanciones, atentados, bloqueos y crimines de lesa humanidad como el atentado contra el avión de Cubana de Aviación 1976, donde murieron 73 personas, dirigido por el agente de la CIA Luis Posada Carriles.
En este largo bloqueo del imperio norteamericano, Cuba sigue firme resistiendo. Una Isla pequeña con pocos recursos naturales y con el golpeo recurrente de fenómenos naturales que diezman su agropecuaria e infraestructura, pero no han podido doblegar la revolución, ni la moral revolucionaria del pueblo cubano.
Venezuela ya tiene 26 años de intervenciones activas de la CIA, dando golpe de Estado, incursiones de mercenarios, promoviendo éxodos masivos de venezolanos, poniendo precio a la cabeza de maduro, confiscando el patrimonio venezolano: el oro, CITGO, y aeronaves en la República Dominicana; y ahora hostigando con la presencia del portaaviones Gerard Ford, en sus aguas territoriales, con sus múltiples barcos, aniquilando indefensos pescadores, violando el derecho internacional; y como hicieron en Libia, antes del bombardeo que destruyó sus ciudades, una exclusión del espacio aéreo venezolano, el decreto del rey Donald Trump y de las aerolíneas europeas que se plegaron servilmente y son cómplices en esta agresión a Venezuela; y tratan de impedir que el pueblo venezolano disfrute en paz, con mucha alegría, sus fiestas navideñas.
El presidente Nicolás Maduro y su pueblo siguen firmes, esperando que la sensatez, el poder decadente del imperio, su quiebra económica y moral; sus conflictos internos, la baja popularidad de Donald Trump en las encuestas; y la contundente derrota electoral que sufrieron sus candidatos en las recientes elecciones, lo lleven a pensar que los pueblos de América Latina no atentan contra la seguridad de Estados Unidos y que sus enemigos estratégicos están por otros lares.
Respeto a la soberanía de los pueblos latinoamericanos.
La no intervención, como indican los principios de la ONU, es la base de la convivencia pacífica entre Estados y países del mundo.

