(Un país, dos sistemas)
Por JUAN T H
La República Popular, formada alrededor de los famosos ríos Amarillo y Yangtsé, hace más de 3,500, ha pasado “por las mil y una “durante su larga y accidentada historia, con la tercera extensión territorial más grande del planeta, solo detrás de Rusia y Canadá, con 1,450 millones, aproximadamente, superado sólo por La India que ocupa el tercer lugar en territorio con unos 1500.
(Rusia con más de 17 millones de kilómetros cuadrados y una baja que no supera los 150 millones de personas. Estados Unidos tiene 9.800 kilómetros cuadrados y casi 500 millones (menos del 5% de la población, pero consume cerca del 25% de la producción del mundo; en tanto que Brasil, el otro gigante, tiene 8,33 y menos de 230 millones.
China es un país fascinante, haciéndole grandes aportes a la humanidad en términos científicos, tecnología, cultura, etc. (La pólvora, el papel, brújula, carretilla, imprenta, sismógrafo, alcohol, cometas, alas delta, seda. contribuyeron al desarrollo de la mecánica, la medicina, la física, la química, agricultura, la hidráulica, matemáticas, entre muchas otras ciencias y técnicas para el desarrollo no solo de su país sino de toda la humanidad.
China es pues más que la “muralla” y de otras “maravillas” universales de las pocas obras humanas que pueden verse desde la luna, China es un país pujante, con un desarrollo enorme, que asombra y deslumbra, por aquello de que “lo que brilla con luz propia nadie lo puede opacar, su brillo puede alcanzar la oscuridad de otras cosas”, como dice Pablo Milanés.
China era una inmensa población de campesinos y obreros de escasa formación educativa, en su mayoría enálbatela, sobreexplotada, hambrientos, mancillada, esclavizada, invadido, pisoteada durante el siglo del opio impuesto por el imperio británico, invadido en diversas ocasiones, en guerra con jamón y otros vecinos. Parecía imposible sacar a China del aislamiento, la pobreza, el atraso y el subdesarrollo. China estaba destinada a ser una gran colonia
El Partido Comunista Chino se fundó en el año 1921, su llegada al poder, con el presidente Mao Zedong (El gran timonel Mao Tse-Tunb) se produjo tras el triunfo de la revolución en 1949, después haber pasado múltiples vicisitudes, que la historia ya ha detallado minuciosamente.
Lo que hizo China en poco más de 50 años, no lo hizo, no lo ha hecho occidente en más de 5 siglos. El capitalismo no ha resuelto uno solo de los problemas de la humanidad; al contrario, los ha agravado, a tal punto, que ha puesto en riesgo la existencia, no solo de la humanidad, sino del planeta.
La historia de China marca un antes y un después gracias al Partido Comunista de China que el moderno país socialista, faro y luz del mundo moderno, que conocemos actualmente, desplazando a la que fuera, hasta hace poco, la primera potencia, económica, política y militar del planeta.
Después de las “reformas económicas” de 1978, la República Popular China ha sacado de la pobreza a más de 800 millones de personas, lo que muchos consideran “un milagro”: ha eliminado, según las Naciones Unidas, la pobreza extrema y el hambre, fruto de las políticas públicas que se han puesto en práctica poniendo énfasis en la educación, el analfabetismo desapareció, en la salud pública, el empleo, (el desempleo apenas pasa del 4%) la vivienda (el 90% tiene casa propia)
En China la criminalidad prácticamente no existe. Los homicidios se han reducido enemente, al igual que las estafas, los delitos y la corrupción, que se paga con cadena perpetua y muerte. (Se estima que alrededor de 350 personas, principalmente funcionarios son fusilados cada año por corrupción) En China el control social garantiza la seguridad de los ciudadanos, concentrados en trabajar, estudiar y progresar, junto con el país No es casual que el 86% de las empresas sean propiedad del Estado o asociadas, lo cual permite invertir en obras de bien social. El dinero rinde, no sólo porque no se lo roban, sino porque se invierte en el bienestar del pueblo. (Y ay de aquel que ose robarse el dinero del pueblo. ¡Paga las consecuencias!
“Un país, dos sistemas”, lo cual explica, y justifica, tanto al socialismo, protagonista y rector del Estado, junto con el capitalismo. De ahí la frase inteligente del líder Teng Xiaoping: “No importa si el gato es blanco o negro, lo importante es si casa ratones”. Es decir, lo importante es resolver los problemas de la gente, la gente del pueblo, motor de desarrollo de los pueblos.
Mas de 1mil 450 millones de chinos estudiando, trabajando, educados y saludables, con seguridad social y ciudadana, viviendas, bienestar, progreso y libertad para vivir plenamente sin temor de ser asesinado, asaltado, violado, ultrajado por el desconocimiento de sus derechos constitucionales, ¿qué otra cosa puede desear una mujer, un hombre, un adolescente, un padre, una madre, un envejeciente? ¿Esa no es la aspiración de todo ser humano en cualquier país?
China Popular, bajo el liderazgo del presidente Xi Jinping, promueve la paz en todo el mundo; respeta la independencia y autodeterminación de los pueblos, no invade militarmente a nadie, no provoca golpes de Estado, no amenaza a los gobiernos que les son hostiles, no usa sus organismos de seguridad para secuestrar y asesinar líderes opositores, Desde 1776 ha invadido, imponiendo sus dominios en alrededor de 500 país en todo el mundo, incluyendo los de su “traspatio”, países a los que no les ha permitido crecer y desarrollarse, manteniéndolos con las botas sobre sus cuellos, como “una espada de “Damocles”.
Contrario a China que anda promoviendo “la ruta de la seda”, que antiguamente servía para intercambiar sus productos con Europa, que hoy, como una estrategia geopolítica, se está ampliado con fines comerciales de intercambio para el progreso y el desarrollo mutuo, de tal manera que todos los países tengan mercados libres, prestamos sin usuras, facilidades cómodas, consensuadas, no impuestas por banqueros agiotistas internacionales, para beneficio de todos, no de una sola potencia o de n imperio. China aspira a la paz y el progreso compartido. No quiere guerra, quiere paz, armonía, desarrollo, porque China representa el futuro de un mundo más justo, más equilibrado, más solidario, más humano.

