Dos tripulantes muertos; ya son al menos 66 fallecidos en operaciones extrajudiciales ordenadas por Trump en aguas internacionales
Washington D.C.– Estados Unidos ejecutó este martes un nuevo ataque letal contra una lancha señalada como “narcolancha” en el Pacífico oriental, dejando dos personas muertas, según confirmó el secretario de Defensa, Pete Hegseth. El operativo, realizado por orden directa del presidente Donald Trump, se suma a una controversial serie de acciones militares extrajudiciales contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico en el hemisferio.
Hegseth informó que el ataque fue ejecutado mediante un “golpe cinético letal”, una expresión que la Administración Trump ha normalizado para describir bombardeos contra objetivos en alta mar. La operación fue difundida en redes sociales, donde el funcionario compartió un video del impacto contra la embarcación.
Today, at the direction of President Trump, the Department of War carried out a lethal kinetic strike on a vessel operated by a Designated Terrorist Organization (DTO).
— Secretary of War Pete Hegseth (@SecWar) November 5, 2025
Intelligence confirmed that the vessel was involved in illicit narcotics smuggling, transiting along a known… pic.twitter.com/OsQuHrYLMp
De acuerdo con el Pentágono, la inteligencia estadounidense vinculó la lancha con una organización catalogada como terrorista y dedicada al narcotráfico internacional. Sin embargo, como ha sido costumbre en estos reportes, no se revelaron los nombres de los fallecidos ni el grupo al que supuestamente pertenecían.
Este nuevo ataque eleva a 17 las operaciones similares realizadas por Estados Unidos en los últimos meses en el Pacífico y el Caribe, con al menos 66 muertos, según cifras oficiales. No se han reportado víctimas entre las fuerzas estadounidenses.
“Encontraremos y eliminaremos a cualquier embarcación que tenga intención de transportar drogas a Estados Unidos y envenenar a nuestros ciudadanos”, sentenció Hegseth, asegurando que la prioridad del Gobierno es “proteger la patria con mano firme”.
El gobierno de Trump ha incrementado significativamente los operativos militares marítimos, desplegando una fuerza naval masiva en aguas internacionales cerca de Centroamérica y el Caribe. Actualmente, EE.UU. mantiene una flotilla que incluye un submarino, más de diez embarcaciones militares y alrededor de 10,000 efectivos.
A esta fuerza se sumará en los próximos días el portaaviones USS Gerald Ford, el más grande del mundo, marcando lo que la administración describe como una “nueva fase” de la operación antidrogas.
La campaña ha generado preocupación internacional debido a su carácter extrajudicial, la falta de identificación de las víctimas y el riesgo de escalada militar regional. La operación se desarrolla también en medio de denuncias de que la estrategia antidrogas oculta un objetivo político: presionar la salida del presidente venezolano Nicolás Maduro.
El propio Trump ha insinuado en reiteradas ocasiones que la ofensiva naval podría extenderse a acciones terrestres en territorio venezolano. Su gobierno afirma que Venezuela opera como un “narcoestado” y ha duplicado la recompensa por la captura de Maduro a USD 50 millones.
Autoridades estadounidenses aseguran que la embarcación abatida navegaba en una ruta conocida por el tráfico de drogas, aunque no detallaron el tipo de carga. “La inteligencia confirma que la lancha transportaba narcóticos”, insistió Hegseth.
El anuncio se produce en vísperas de una audiencia en el Congreso, donde el secretario de Estado Marco Rubio deberá responder preguntas sobre la legalidad, objetivos y posibles consecuencias de estas acciones militares.
En entrevistas recientes, Trump ha reiterado que “los días de Maduro están contados” y sugirió que, aunque no espera una guerra con Venezuela, EE.UU. “no descartará ninguna opción” si el país continúa desafiando a Washington.
Para analistas internacionales, la operación refleja una estrategia de diplomacia militarizada, donde la Casa Blanca utiliza la lucha contra el narcotráfico como justificación para expandir operaciones armadas en la región.
Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos alertan que las muertes ocurren sin proceso judicial ni identificación de víctimas, levantando fuertes cuestionamientos sobre violencia de Estado y violaciones al derecho internacional.
El Pentágono insiste en que estas medidas son indispensables. “No permitiremos que organizaciones criminales dañen a nuestra nación”, concluyó Hegseth.
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