Por JUAN T H
El expresidente Hipólito Mejía, al preguntarle su parecer sobre el acuerdo de unidad coyuntural del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la Fuerza del Pueblo (FP) y queda del otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD), dijo que se trataba de “una alianza rara”. (¿?) (El vocero de esa alianza es el político, Miguel Vargas, con mayor tasa de rechazo del país, solo superada por la del expresidente Leonel Fernández)
Por su parte, el también expresidente Danilo Medía se expresó en iguales términos: “Hipólito “Mejía dijo que esta es una alianza rara y complicada. Y tiene razón”, dijo, porque “inmediatamente termine, seremos rivales”.
Se trata de unas de las declaraciones más juiciosa del exmandatario, actual líder del PLD, que es visto de los últimos tiempos, explicando todo lo que está en juego durante el proceso electoral en marcha. “La vida del partido está íntimamente ligada al éxito del compañero Abel Martínez en este proceso electoral”. Señaló que no hay forma de hacer una alianza entre los diputados, porque arrastran al senador.
“A los senadores, que la mayoría irán solos, no tendrán apoyo de nadie, Y debe ser así, ¿porque quien le hará la campaña al compañero Abel Martínez después de febrero? ¡Son los senadores! ¡Senador que el PLD ceda, senador que no lo tendremos en la campaña de nosotros! Todo lo contrario, trataran de sacarnos del primero o del segundo lugar. Y tendremos que prepararnos, porque la vida del partido está íntimamente ligada al éxito del compañero Abel Martínez en este proceso electoral”.
“Aquí se está jugando todo: el partido que queda en tercer lugar comenzará su extinción en el sistema de partido de la República Dominicana. Por tanto, el PLD si o sí. El PLD tiene que quedar en primero o en segundo”.
Pocas veces he visto al expresidente Medina tan lúcido, coherente y sabio. El PLD si o sí. El PLD tiene que quedar en primero o en segundo lugar en las próximas elecciones. La vida del PLD está en juego. Leonel quiere, para su propia existencia, quedar en segundo lugar para luego darle el zarpazo definitivo al PLD. Porque, debo decir, no sólo la vida del PLD está en juego, también la de la Fupu y su caudillo.
Lo único que no está en juego es la vida del PRD, que, en manos de Miguel Vargas, murió hace años, sólo en espera del acta de defunción que la Junta Central Electoral aún no emite.
La “alianza PLD, Fupu, PRD, más que “rara”, como la califican los expresidentes Mejía y Medina, es imposible, porque uno es enemigo del otro, y porque ambos quieren lo mismo en el mismo escenario durante la misma coyuntura, no importa lo que digan sus patrocinadores, porque en “esa alianza” no hay principios, ideología o plan programático. Es una unidad oportunista donde un partido (PLD), lucha contra la (FuPu) por la sobrevivencia; donde los líderes de ambas organizaciones se odian a muerte, tanto que no se pueden ver ni en foto, no se reúnen, no se estrechan las manos ni se dan un abrazo en señal de unidad.
Lo que no está claro todavía es quien apoyará a quien, terminado el proceso electoral de febrero; si el que queda en segundo lugar será respaldado por el que lo haga en tercero, que puede ser el PLD por mantener una fortaleza municipal mayor que la de la Fupu, que no tiene candidatos sólidos en prácticamente en ningún municipio o distrito.
Pienso, a partir del análisis de Danilo, que al PLD lo que más le conviene es que no haya alianza en las elecciones congresuales y presidenciales. Que cada uno lo haga con sus propias fuerzas.
Para el PLD, de cara al 2028, continuando con el análisis de Danilo, lo mejor sería que Luís Abinader ganara las elecciones en primera vuelta, como bien lo establecen las encuestas. De ese modo Leonel Fernández también perdería sin lograr su objetivo principal que es liquidar al PLD para convertirse en líder indiscutible de la oposición durante el cuatrienio venidero.
Sobrevivir en medio de la tormenta electoral es fundamental para el PLD, que sigue siendo un partido fuerte con presencia nacional; también para la Fuerza del Pueblo, que, contrario al PLD, no tiene estructura orgánica en todo el territorio nacional. Y si la tiene es muy débil. Una cosa es cierta, la alianza del PLD, la Fupu y el PRD “es muy rara”; difícil de entender, difícil de aplicar y difícil que tenga éxito. La alianza es un todos contra todos.