Por ROMMEL SANTOS DIAZ
Las evidencias de violaciones de los derechos humanos en Ucrania son abrumadoras: ejecuciones sumarias, violencia sexual, tortura y otros tratos inhumanos y degradantes contra civiles y prisionero de guerra en las zonas controladas por los rusos.
El fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) que abrió una investigación en Ucrania tras la invasión rusa el 24 de febrero, dijo que ¨en su opinión los ecos de Núremberg debería ser oídos actualmente¨, en referencia a la ciudad alemana donde se juzgaron a un grupo de dirigentes nazis por crímenes contra la humanidad.
Por otro lado el conflicto ucraniano es el gran tema de la Asamblea General de la ONU en un ejercicio de la diplomacia internacional marcada por la guerra en Ucrania y en un momento en que Rusia avanza su ofensiva como respuesta a los avances de Kiev que le han permitido parte del territorio que Rusia había ocupado.
Hasta ahora una clara mayoría de países del mundo ha respaldado a Ucrania en Naciones Unidas y se espera que las potencias occidentales busquen ganarse también el apoyo de países importantes que durante meses se han mantenido más o menos al margen, como es el caso de la India.
No cabe duda de que el mundo afronta uno de los mayores retos para la paz y la seguridad globales , la guerra rusa de agresión contra Ucrania, que se suma a la crisis y fracturas geopolíticas existentes como las causadas por el COVID -19 y por el cambio climático.
En este contexto procede tener presente el carácter vinculante de la Carta de las Naciones Unidas en su totalidad ( paz y seguridad , derechos humanos, igualdad de género, dignidad humana, igualdad de derechos de las naciones grandes y pequeñas) y la universalidad de los principios fundacionales de las Naciones Unidas, lo cual plantea la lógica de que en nuestros tiempos los países no están en capacidad de resolver los problemas por sí solos, si no que deben abordarse de manera conjunta debido a su carácter y alcances mundiales.
Los esfuerzos para lograr un acuerdo de paz Rusia-Ucrania no deben escatimarse para que el mundo sea para todos un lugar más seguro, para vivir, defendiendo la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho y asegurando la paz y la prosperidad para ambas naciones.
Se hace necesario defender la Carta de las Naciones Unidas y el Estado de derecho, atender las consecuencias mundiales de la agresión rusa contra Ucrania, promover el desarrollo sostenible y los derechos humanos, luchar contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, así como configurar la agenda digital mundial.
Las crisis múltiples, y a menudo concurrentes de los últimos años han revelado algunos déficits notables en la gobernanza mundial y han puesto de manifiesto la necesidad de modernizar y reformar las Naciones Unidas ante la profundización de las fracturas geopolíticas en el orden de la paz y la seguridad internacionales.
Es urgente la necesidad de que se acometen cambios transformativos para convertir las Naciones Unidas, que estén dotadas de financiación sostenible, sean más inclusivas, transparentes y responsables y, en última instancia , estén adecuadamente preparadas para los retos y oportunidades del futuro.
Un acuerdo de paz y cese de la guerra Rusia – Ucrania requiere que se adopten pasos concretos para poner fin a la guerra y alejar el riesgo de un desastre nuclear, lo cual no se descarta partiendo de las amenazas de Vladimir Putin, presidente de la Federación de Rusia.
Finalmente, los Estados Rusia –Ucrania conforme lo establece la Declaración de Paz y Cese de Guerras de HWPL deben reconocer la obligación de resolver sus conflictos internacionales a través de métodos pacíficos, incluida la referencia a la Corte Internacional de Justicia , otros órganos judiciales, acuerdos regionales, o por medio de arbitraje , mediación, conciliación u otras formas alternativas para la resolución de conflictos, y de tal manera que la paz y la seguridad internacional no se vean amenazadas. En ese orden Rusia-Ucrania deben aceptar la jurisdicción obligatoria de la Corte Internacional de Justicia, de acuerdo con el artículo 36. Párrafo 2, del Estatuto de la Corte, sin reservas como un medio para asegurar que el conflicto será resuelto pacíficamente y de acuerdo con el derecho internacional.