Por Franklin Rosa
Los Estados Unidos ha desarrollado la tecnología del Fracking o fracturación hidráulica, para producir petróleo y gas mediante la ruptura de las rocas bituminosas con alta presión, químicos y agua, a profundidad de 2,000 a 5,000 metros y con un desarrollo horizontal en la profundidad de los pozos.
El Fracking se ha utilizado como un arma estratégica de autosuficiencia energética, los bancos y la Reserva Federal de EUA, inundaron de financiamientos a estos proyectos y se multiplicaron como verdolaga en todos los Estados de Norteamérica.
Las viejas compañías petroleras veían con asombro como crecía la competencia del Fracking y de forma tímida no invirtieron en esta tecnología.
El gobierno de los EUA levanto las prohibiciones de exportación del petróleo y el gas del Fracking, comenzaron a competir en el mercado internacional, especialmente en el suministro a sus aliados europeos.
La ilusión del imperio de ser autosuficiente y un exportador de petróleo y gas no duro mucho, la nueva tecnología que tenía 4 lustros desarrollándose, no paso la prueba. Cientos de compañías han quebrado y las deudas con los bancos son inmensas y los EUA vuelve a su realidad de ser un importador neto y la crisis de energía se agudiza duplicándose el precio de la gasolina.
Donald Trump, durante su mandato, tratando de revertir la decadencia del imperio, con su consigna América Primero, y su ilusión de que podía lograr la independencia energética frente a la OPEP + Rusia, inundó el mercado con petróleo shale oil y gas, levanto la prohibición al uso del carbón, incremento la explotación del Fraching y autorizo el oleoducto de Alaska hasta la región central del país; ordeno la salida del Acuerdo de París , sobre medio ambiente, que fue pactado con la totalidad de los países del mundo para reducir la huella de carbono para el año 2050.
El Fracking no es viable por el altos costos de los pozos y por el reducido tiempo de producción unos 4 años , y se comprobó que es más contaminante que la explotación tradicional, afectando el suelo, la capa freática y los ríos; muchos países se percataron del poder contaminante de esta tecnología y no permitieron que estas compañías petroleras se establecieran en sus países como sucedió con la Unión Europea; obviando el terrible problema de la contaminación podría ser rentable con un precio de 80 a 90 dólares el barril de petróleo; en cuanto al gas para ser transportado tiene que ser liquido con altísima presión, licuefacción, y luego con planta transformadora al estado gaseoso, gasificación, para ser utilizado en el sector industrial, vehicular y familiar; estos procesos aumentan mucho su precio, haciéndolo no competitivo con el gas ruso que se suministra a Europa por gasoductos.
Uno de los objetivos geoestratégicos que busca los EUA en la crisis de Rusia, Ucrania y la OTAN, es que Alemania no inicie la operación del nuevo gasoducto Nord Stream 2 por el mar Báltico, que duplicará la entrega de gas ruso a Alemania y a todo Europa, más barato en un 30% que el gas norteamericano. El petróleo de esquisto para ser rentable necesita de guerra, crisis energética e inflación que dispare los precios en el rango de los 80 a 90 dólares el barril.
La tecnología del Fracking ha sido un gran fracaso económico, ambiental y ha contribuido a la crisis económica que vive los EUA y sus bancos, obligando a la Reserva Federal a imprimir billones de dinero inorgánico, fiat, aumentando el déficit fiscal de la nación y repercutiendo en una inflación descontrolada que está afectando a todo el pueblo norteamericano y a la economía mundial.
4/2/2022
