La pregunta del millón que me hacen constantemente: Por ahora el retorno del dinero es ínfimo y el futuro que lo cambie no sabemos cuándo llegará.
Para ponernos en contexto: La economía expansionista de una gran parte de los gobiernos del mundo ha llevado a que haya mucho dinero en los mercados, por lo que, a mayor oferta, menor precio. En las inversiones significa menores tasas de interés para los que tienen el dinero, lo que se llaman tasas pasivas.
La situación se agravó con la llegada de la pandemia… sí, esto viene desde antes. Como el mundo anda buscando siempre mayor PIB la solución fue que los gobiernos gastaran más para subir el número que ha causado los mayores males a la tierra. Ya lo explicaré en otro escrito, pero para no dejarte con tantas dudas, aumentar el PIB es la prioridad de los gobiernos y si para eso tenemos que, por ejemplo, destruir el medioambiente no tendremos reparo en hacerlo.
Una vez entendida la razón por la que hay demasiado dinero en los mercados nos queda la pregunta: ¿Seguirá así? La respuesta es sí, hasta que alguna crisis haga que los países no puedan tomar más prestado para devolver lo que les toque en el momento que les toque. Es como en los hogares sobreendeudados, mientras haya quién me preste para pagarle al que le debo, seguiré en la espiral.
Ahora bien: ¿En qué puedo invertir mi dinero? Viendo que la situación que llevó a las bajas tasas se mantiene y la política expansionista se mantendrá, el escenario es altamente explosivo.
La Unión Europea y Estados Unidos registran altas tasas de inflación. China retrocede en su crecimiento. Los demás países sentirán lo que estos gigantes hagan para manipular sus economías en conveniencia de sus mercados. Volvemos al número causante de todo…harán lo indecible por aumentar su PIB.
— ¿Qué hago con mi dinero, Diego?
— Esperar.
En lo que el hacha va y viene debemos tener paciencia. Nos ofrecerán mejores tasas (bajas por demás) a períodos más largos. Eso nos puede llevar a quedarnos con tasas que serán bajas en situaciones de alta inflación. Yo prefiero inversiones que no pasen de 90 días. De esa forma tengo la opción de moverme con la corriente. Serán más bajos los retornos, pero podré aprovechar cuando comiencen las alzas. Aunque nada es garantizado, ni tengo una bola de cristal.
—¿Será mejor comprar inmuebles?
—El mejor momento para ese tipo de inversión ya pasó, pero el segundo mejor momento podría ser ahora.
Es cuestión de buscar bien la oportunidad. En inmuebles hay un principio básico: El negocio se hace al comprar. El que tiene dinero puede aprovechar alguien que tenga que vender. Y puede fructificar también las relativas bajas tasas de interés para con un préstamo completar su capital.
En conclusión: Estamos en un momento muy sensible para el que tiene dinero. Tasas de interés que no superan la inflación y un futuro que no promete que subirán para vencer a ese infame impuesto que la economía de los gobiernos nos pone a todos. Cautela, paciencia y agilidad es lo mejor que podemos tener en este momento.
Por Diego A. Sosa