Cientos de personas protestaron este domingo en distintas ciudades de Brasil contra el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para pedir la apertura de un juicio político que busca su destitución. El nuevo descontento social se produjo luego de que el mandatario lanzara amenazas contra un juez del Tribunal Supremo durante una marcha con sus simpatizantes, luego de que la corte abriera investigaciones en su contra por la difusión de noticias falsas
Río de Janeiro (AFP)
Cientos de brasileños participaron este domingo en manifestaciones contra el presidente Jair Bolsonaro, días después de masivas movilizaciones en apoyo al mandatario ultraderechista.
Asediado por investigaciones judiciales, inflación, desempleo y una caótica gestión de la pandemia que erosionó su popularidad, Bolsonaro redobló el martes pasado sus ataques a las instituciones, en particular contra el poder judicial. Por este motivo, muchos ahora piden que sea llevado a un juicio político con miras a su destitución.
La semana pasada y ante un masivo acto con sus simpatizantes, Bolsonaro lanzó amenazas directas contra un juez del Tribunal Supremo. Sin nombrarlo, el jefe de Estado dijo “una persona concreta de la región de los tres poderes” está “barbarizando” a la población y llevando a cabo “detenciones políticas”, algo que “no se puede aceptar (…) O ese juez se encuadra o que dimita”, advirtió Bolsonaro.
Sin embargo, días después el presidente retrocedió en sus amenazas y aseguró que sus recientes declaraciones fueron pronunciadas “en el calor del momento”.
Las protestas de este 12 de septiembre en Rio de Janeiro, Belo Horizonte y Sao Paulo, entre otras ciudades, fueron convocadas por grupos sociales de derecha, como el Movimento Brasil Livre (MBL) y Vem Pra Rua (VPR), que impulsaron en 2016 el impeachment de la entonces mandataria Dilma Rousseff y ahora defienden una “tercera vía” para las presidenciales de 2022 bajo el lema “Ni Bolsonaro ni Lula”.
Sus organizadores esperaban grandes manifestaciones, sobre todo tras la adhesión de algunos diputados y líderes de izquierda de varios partidos políticos, motivados por los beligerantes actos progobierno de la semana pasada.
Pero sin el apoyo de grupos como el Partido los Trabajadores, del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, o la Central Única de Trabajadores (CUT), la convocatoria estuvo lejos de ser masiva.
En Rio de Janeiro pocas centenas de personas se congregaron por la mañana en la playa de Copacabana, muchos vistiendo camisetas blancas en señal de neutralidad política, mezclando banderas de Brasil y camisetas con frases como “Lula 2022”, mensajes permeados por la consigna “Fuera Bolsonaro”.
En Sao Paulo, cientos de manifestantes de blanco se reunieron por la tarde en la céntrica Avenida Paulista, donde el martes pasado Bolsonaro había reunido a unos 125.000 simpatizantes.
“Aquí no estamos a favor de Lula ni de Bolsonaro. Estoy espantada con la cantidad de gente que salió a apoyar a un presidente que no ha hecho nada por el país, que sólo trajo conflictos”, dijo a la AFP la ingeniera civil Ivete Ramalho, de 64 años.
Las principales manifestaciones contra Bolsonaro de los últimos meses, con decenas de miles de participantes, fueron convocadas por los principales grupos de izquierda, entre ellos el PT y la CUT, ausentes en los actos del domingo.
A casi un año de las presidenciales, Bolsonaro y Lula reúnen la mayor intención de voto en las encuestas, que muestran una ventaja para el exlíder sindical en una eventual segunda vuelta.