En el sexo la estimulación mental es tan importante como la física. Una excelente forma de aumentar el nivel de excitación es con una conversación subida de tono, palabras sucias que harán vibrar a tu amante.
Ian Kerner, autor del libro Passionista, asegura que las palabras sucias ayudan a darle mayor intensidad física y emocional al sexo. “Decir o escuchar palabras eróticas estimula la transmisión de dopamina, sustancia química cerebral que juega un rol fundamental en la excitación sexual”. ¡Bienvenidas las frases eróticas!
Talk Dirty, el juego de las palabras sucias
Intercambiar palabras atrevidas con la pareja es de lo más erótico. Sin embargo, antes de emitir alguna frase digna de película porno o que hagas algo que tu pareja pueda considerar “vulgar”, asegúrate de que exista la suficiente confianza. Tú mejor que nadie sabes qué es lo que le gusta y si tienes duda… ¡pregunta!
Si ambos se sienten cómodos al respecto, adelante, jueguen con el mar de posibilidades del Talk Dirty. No importa cuánto lleves en tu relación de pareja, las palabras cargadas de erotismo estimulan la excitación sí o sí.
Ve poco a poco
Las palabras sucias pueden ser frases divertidas y picantes sin necesidad de ser “groseras”. Simplemente la respiración agitada, los gemidos y los suspiros dan un tono más intenso a la relación sexual.
Si tu pareja es tímida ve paulatinamente. Empieza con preguntas como “¿Qué parte de mi cuerpo te gusta más?, ¿Qué zona de tu cuerpo es la que más te excita? ¿Cómo te gusta que te acaricie?”.
Ideas para crear tu palabra sucia
1. Expresa tus sentimientos. Identifica las sencaciones que se están produciebndo en tu cuerpo y descríbelas a tu pareja. Verás cómo se enciende luego luego.
2. Explica a detalle qué es lo que quieres que te hagan. Dile con lujo de detalle, cómo y por dónde deseas la caricia.
3. Lo simple es lo que más prende. Antes de ir por “palabras súper picantes” considera cosas más simples, por ejemplo, esta pregunta sencilla al oído: “¿Por dónde quieres que te acaricie?, ¿Cómo quieres que te lo haga?”
4. Enfatiza y muéstrate segura. Si te pones nerviosa o dices una palabra sucia con timidez, puedes ocasionar el efecto contrario, ¡cero sexy!
5. Dile cuánto lo deseas. Que sepa qué te encanta de su cuerpo, a todos nos excita saber que podemos causar esa reacción en la pareja.
6. Ve en serio. Así como ser tímido puede bajar la libido, tomarlo a broma también baja la excitación. Reírse, bromear o criticar interrumpen el momento y rompen con la concentración.
Aumenta la intensidad
Otra forma de aprender muchas palabras sucias es invitando a tu pareja ver una película porno juntos. Si crees que es el momento puedes aumentar la carga erótica de tus frases. ¿No tienes ideas? Estos son algunos ejemplos:
Me pones caliente, no aguanto las ganas.
Hueles delicioso.
Me coges tan bien.
Tú y yo embonamos muy rico en la cama.
Deseo tanto bañarme en tus fluidos.
Quiero exprimirte hasta la última gota.
Quédate adentro, no te muevas.
Dame toda tu leche, soy tu gatita.
Sigue, párteme en dos, hasta que ya no pueda más.
Ven vaquero que aquí está tu yegua.
Lamería todo tu cuerpo como un helado.
Hoy soy tu esclava sexual, ¿qué quieres hacer conmigo?
Bésame__/ Lámeme ___/ Tócame aquí
Tengo que decirlo: quiero comerte… ¡ya!
Gime cerca de mi oído
Pruébalas en toda ocasión
Las palabras sucias no sólo se utilizan durante el acto sexual. De hecho, resultan mucho más efectivas si los amantes se encuentran lejos. Cuéntale lo mucho que deseas a tu pareja y qué es lo que le harías si estuvieras en ese momento con él o con ella.
Si están en lugares públicos o en una reunión con amigos, las palabras sucias al oído son la preparación perfecta para una noche de pasión. ¡Atrévete!
Lo que no debes hacer
Estos errores son comunes, por favor, no los hagas durante el dirty talk. Por ejemplo…
No uses groserías si no estás acostumbrada. Te sentirás y escucharás extraña.
Jamás hables de otra persona, a menos que tu pareja te lo pida por ser parte de una fantasía.
No seas exagerada, no quieras imitar a las actrices porno, simplemente toma lo que te sirva y lo que no, tíralo a la basura.
Llama las cosas como son, no uses nombres “infantiles” para referirte al pene o la vagina. Nada de “pajarito”, “florecita”, etc.