José Francisco Hernández y la evolución del PLD tras las elecciones de 1982
José Francisco Hernández, ex candidato a la vicepresidencia con Juan Bosch en 1990, analiza el surgimiento de las tensiones internas en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) después de las Elecciones Generales de 1982. Este proceso marcó un punto de inflexión en la historia política dominicana, especialmente en el desarrollo de las izquierdas.
El nacimiento del sectarismo en el PLD
Tras la expulsión del entonces poderoso Secretario General del PLD, se evidenció una fractura interna en esta organización política fundada por el legendario líder Profesor Juan Bosch. En ese momento, emergió el germen del sectarismo que paralizó el avance de las fuerzas izquierdistas dominicanas.
Un grupo conocido como “Los Terceristas” surgió como una tercera opción dentro del PLD. Esta corriente competía con las dos tendencias principales: la conservadora, liderada por Norge Botello, y la socialista, encabezada por Max Puig. Además, existía un sector obrero bajo la dirección de Nersida Marmolejos, que tuvo gran influencia en municipios donde el PLD logró importantes victorias electorales, alcanzando los primeros puestos para senador y síndico.
Los actores clave de la corriente tercermundista
La facción tercermundista estaba promovida por pequeños burgueses y personas cercanas como Danilo Medina, Lidio Cadet y Luis Inchauti, quien actuaba como doble agente realizando labores también para Norge Botello. Esta dinámica interna reflejaba la complejidad y los conflictos de poder dentro del partido morado.
Reflexión sobre el liderazgo y la política dominicana actual
Este análisis busca que los miembros del PLD comprendan los riesgos de ignorar el valor del liderazgo auténtico frente a las corrientes que promueven el odio, la intolerancia, la exclusión, la corrupción y la impunidad. En el contexto político actual, la idea de una “sangre nueva” parece inviable, pues las energías políticas están agotadas por engaños y falta de respeto hacia la ciudadanía.
Por ello, es urgente promover una política de transparencia y claridad en el ejercicio del poder. La verdadera renovación debe basarse en principios de honestidad y apertura para recuperar la confianza de la sociedad dominicana.
Un llamado a la rectificación y al cambio
José Francisco Hernández concluye con un mensaje claro: “¡Rectifiquemos para que todos ganemos!”. Solo a través de la unidad y la transparencia será posible fortalecer la democracia y garantizar un futuro próspero para el país.
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