Nelson Encarnación
Es cada vez más evidente y palpable que la correlación del proceso interno en el Partido de la Liberación Dominicana irá favoreciendo al expresidente Leonel Fernández, quien deberá ganar las primarias del seis de octubre con una ventaja indiscutiblemente contundente.
Tras la aprobación el pasado sábado por el Comité Central de los aspirantes a precandidatos, resulta claro que el candidato a vencer es Leonel, por muchas razones que además le convierten en la propuesta más sólida para que el PLD conserve el poder el año próximo.
Lo que algunos analistas se han aventurado a adelantar como una debilidad para el presidente de la formación oficialista, es precisamente su mayor fortaleza.
En efecto, lo que alegan es que el hecho de haber sido presidente en tres oportunidades es un hándicap para Leonel, en razón de que la gente se podría preguntar para qué desea volver al Gobierno.
Precisamente es el valor agregado de su candidatura, ya que la población sabe que no irá al Estado a improvisar, sino que la experiencia acumulada en ese ejercicio le permitirá ir directo a la solución de los problemas pendientes, enfocado en resolverlos sin andarse con rodeos.
En varios países de Latinoamérica se han experimentado resonantes fracasos luego de que sus poblaciones se han dejado llevar por la aventura confiando su destino en manos de improvisados, outsider, gente sin la más mínima experiencia en el manejo de los negocios estatales, en fin, personajes probablemente con buenas intenciones pero sin nada más.
Sin necesariamente ubicar en este contexto a los aspirantes que compiten con Leonel por la candidatura, pues se trata, en casi todos los casos, de políticos que han ocupado posiciones ministeriales, la realidad es que no es lo mismo ser ministro que haber ocupado la Presidencia de la República por doce años.
Un dato relevante es que el expresidente le ha presentado al país un proyecto a largo plazo (RD2044) que es una hoja de ruta con la que el país podrá navegar hasta alcanzar el bicentenario de nuestra fundación como nación, eventualmente disponible para los presidentes que dirijan el país hasta entonces, que obviamente no serán Danilo Medina ni Leonel, y que quieran darle continuidad a una visión que no es propiedad de una persona.
Las ventajas de Leonel sobre los adversarios—primero internos en el PLD y luego en las elecciones generales—es que en base a su vasta experiencia ha podido delinear propuestas concretas y no generalidades como ocurre con sus oponentes.
En base a ellos y al hecho de que Leonel es un tsunami en campaña, es que tienen claras ventajas sobre todos los demás. Lo de octubre será una escala técnica hacia 2020.