Los biólogos recomiendan no acercarse a estos animales, que se paralizan cuando las temperaturas alcazan valores muy fríos pero pueden mostrar comportamientos agresivos al despertarse. El estado de Florida, en el sureste de EE.UU., ha sido escenario en los últimos días de diversos ataques a personas protagonizados por iguanas descongeladas.
Las temperaturas en este estado de clima semitropical descendieron esta semana por debajo de los 5 grados centígrados, lo que provocó la congelación y caída de muchos de estos animales, que se paralizan cuando el termómetro baja a valores tan fríos.
Muchos creyeron que estos animales tropicales originarios de América Central y del Sur estaban muertos y se dispusieron a recogerlos, pero se llevaron una gran sorpresa cuando los reptiles comenzaron a descongelarse y a manifestar conductas agresivas.
Este fue el caso de un hombre de la localidad Key Biscayne, que recogió varias iguanas grises, heladas como piedras, que se habían caído de un grupo de árboles y las cargó en su vehículo.
Poco después, las iguanas aparentemente muertas cobraron vida gracias a la calefacción del vehículo y atacaron al conductor, contó a la emisora de radio NPR el experto en vida silvestre Ron Magill.
Parece que no es la primera vez que los floridanos caen en la trampa del pseudocidio de estos lagartos arbóreos. En enero de 2010, casos parecidos se vivieron en el sur de la Florida cuando la zona experimentó dos semanas de cambios bruscos de temperaturas, con oscilaciones en un rango de 30 a 40 grados, según el periódico The Palm Beach Post.
“En 2010, cuando las iguanas congeladas comenzaron a caer, un vecino de un amigo las recogió en una enorme bolsa de basura negra de plástico y cuando la bolsa estaba colocada en su coche para llevarla al vertedero, se produjo el gran deshielo de las iguanas en su vehículo en movimiento. No estaba contento”, relató vía Twitter el microbiólogo local Larry Lynam.
Para no caer víctima de este tipo de situaciones, los biólogos recomiendan no acercarse a las iguanas congeladas, ya que estas podrían sentirse amenazadas y morderles una vez que se descongelen.